La empatía hacia las personas con Síndrome de Down no puede llevarnos a que ellos no hagan nada

Lo primero que aclara la abogada yucateca Pamela Medina Sánchez es que su hermano Daniel con Síndrome de Down no es un niño, es un joven de 24 años de edad con capacidades para desenvolverse y tener actividades productivas en intercambio con la sociedad.

Este comentario lo hizo Pamela en medio de la campaña que lleva a cabo la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán que se llama “Yo puedo, tú puedes”, que tiene como objetivo de llevar el mensaje que la inclusión comienza en casa.

“Dejar de decirles, hay son angelitos, si es cierto no tienen malicia, pero no por eso infantilizarlos al grado de no reconocer que pueden ejercer derechos y obligaciones que tienen que cumplir, como sociedad tenemos que dejar de inutilizarlos pensando que como tienen discapacidad, no pueden hacer otra cosa”.

En ese sentido, la hermana de Daniel aclara que la empatía hacia las personas con discapacidad, no hay que entenderla como una limitante de sus acciones. Opina que, al contrario, que hay que dejarlos actuar.

“Una cosa es ser empático y otra cosa es nulificar la capacidad de ellos, la empatía no me pide evitar reconocer sus capacidades. Son capacidades diferentes, pero no quiere decir que no lo tengan, la empatía también me permite ponerme en su lugar y se me hace fácil, muy sencillo, a ellos implican un poco más de esfuerzo en algunas tareas”.

Su trabajo como abogada, le ha permitido conocer cuáles son los derechos de las personas con Síndrome de Down, es decir, los derechos de su hermano Daniel.

“El ser abogado me ha permitido conocer los derechos de las personas con discapacidad, yo estudié primero derecho y luego en mi carrera fue que nació mi hermanito y luego a través de mi carrera es que he podido conocer los alcances y los derechos que ellos mismos tienen confirme a su condición”.

Asegura que el primer paso para la inclusión de estas personas debe comenzar en la propia casa.