El Mundo al Instante
06 de marzo de 2017
Uno de los problemas que más preocupa a los mexicanos es la corrupción, corrupción que va de la mano de la impunidad, y de ella se sostiene y alimenta; corrupción que se ha generalizado a lo largo y ancho de nuestra República y que se ha vuelto tan común que carece de límites.
No tiene credo ni color, unos más u otros menos, pero todos, de alguna forma, hemos formado parte de ella y es tal su presencia en nuestras vidas que estamos dispuestos a practicarla si pensamos que con eso obtendremos algún beneficio: así de fácil, así de sencillo, así de grave.
La corrupción campea en todos los escenarios del país y aunque ahora está más exhibida gracias a las redes sociales y algunos medios de comunicación, no es suficiente para mitigarla o castigarla; identificamos a quienes la cometen y los premiamos con cargos públicos o un lugar privilegiado en la sociedad.
Entre otros muchos problemas que genera, dado que no se castiga, está la desconfianza que nos vuelve apáticos, nos insensibiliza y desmotiva, a tal grado que nos importa un bledo si alguien da mordidas, si evade impuestos o se roba dinero del erario. Total, si no les hacen nada para que denuncio, mejor espero mi oportunidad.
Así, con esa postura, hemos llevado al país a los últimos lugares en las listas mundiales de la corrupción; así, con esa postura, nos hemos impermeabilizado ante la rapiña de nuestros políticos y poco o nada nos importa saber que hay 12 ex gobernadores con cuentas pendientes de la justicia, acusados hasta de falsificar medicinas para llevarse el dinero.
Durante décadas uno de los principales críticos a ese lacerante problema fue Acción Nacional, hoy envuelto en el más lamentable escándalo, principalmente en nuestro medio. Resulta que, durante años los panistas exhibieron en las plazas públicas de Yucatán a funcionarios de todos los niveles y la principal queja era el cobro del diezmo: el recibir bajo el agua el 10 por ciento del monto de las obras públicas que autorizaban.
Hoy, lejos de criticarlos, los superan en rapiña, a ellos se atribuye la palabra “moche”, dado que, de acuerdo con acusaciones mutuas, en lugar del 10 cobran el 30 por ciento de las obras que gestionan.
Esta grave acusación ha llevado a integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del PAN a solicitar la destitución de su directiva estatal, problema que se une a una larga lista de diferencias internas y externas que tiene a ese partido en la peor crisis de que se tenga memoria y que abona en forma por demás negativa en este año preelectoral.
Si Acción Nacional no hace una limpia, no comprueba a propios y extraños que está limpio de pecado, es probable que en el 2018 el panorama político de Yucatán y de México cambie radicalmente y tengamos un nuevo partido al frente de la responsabilidad política
Nota escrita por
Manuel Triay
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"México Corrupto"