El Mundo al Instante
11 de abril de 2017
Hasta hace unos años en el argot político había un dicho muy significativo: la caballada está flaca, o la caballada está gorda, según el caso. Con eso se hacía alusión a los aspirantes a puestos de elección popular y el volumen iba de acuerdo con el número y la calidad de los suspirantes que aparecían en el escenario.
Hoy, a unos meses de que inicie el proceso electoral, podemos decir que la caballada está gorda, más en el PRI que en los otros partidos políticos donde al menos hay siete que han levantado la mano y están en plena efervescencia por todo el Estado: los secretarios Mauricio Sahuí Rivero y Víctor Caballero Durán, y los diputados federales Jorge Carlos Ramírez Marín, Pablo Gamboa Miner, Liborio Vidal Aguilar, Felipe Cervera Hernández y quizá hasta Francisco Torres.
En el PAN, el otro partido local con posibilidades, hay dos que puntean la lista, si es que hubiera algún tercero: Mauricio Vila Dosal, quien aparentemente ya saca un cuerpo de ventaja, y Renán Barrera Concha, que al parecer apuesta más a sus posibilidades ante el Comité Ejecutivo Nacional panista que ante sus coterráneos.
Los demás contendientes, los pequeños, hasta el momento no hacen ruido y sus posibilidades reales son mínimas; quizá Morena, si postulara por ejemplo a Vidal Aguilar, podría lograr alguna buena cosecha de votos, aunque no tantos para obtener el triunfo, sí suficientes para quebrar al PRI.
Todos ellos, al parecer, el tiran a la grande, a la gubernatura, aunque en estos menesteres tu apuntas hacia arriba pero con la intención de que si no lo logras al menos obtengas un premio de consolación, si te alineas, y puedes resultar ganador, como es el caso de los aspirantes priistas, que miran hacia la senaduría, que por cierto sería una sola por cuestión de género, o una diputación ya sea federal o local, según el caso, o quizá un cargo en el próximo gabinete.
Con los panistas no pasa lo mismo. El señor Vila Dosal parece tener la sartén por el mango, igual puede buscar la grande que repetir en el Ayuntamiento y sus posibilidades parecen ser amplias. Renán Barrera también podrían buscar ambas, pero hoy por hoy no parece ser el mejor activo de su partido y tras ellos o con ellos pueden otros levantar la mano, como el diputado Huacho Díaz que ya lo intentó una vez, y la senadora Rosa Adriana Díaz Lezama que ha manifestado públicamente su deseo.
Desde luego no son todos los que pretenden, ni tampoco quiere decir que las listas no crezcan pero, por el momento, son quienes más se han manifestado y quienes trabajan con menor o mayor ímpetu y presupuesto en busca de tan preciada silla gubernamental o, en su defecto, lo que sea la voluntad de sus partidos o lo que se acumule en la semana, como en el Melate, porque mucho tiene de lotería.
En fechas posteriores intentaremos hacer un muestreo de cómo, a juicio de algunos estudiosos y analistas, se ven los lugares de preferencia de estos caballos, con todo respeto, que han saltado a la pista.
Nota escrita por
Manuel Triay
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"La caballada está gorda..."