Regina y el mito
02 de octubre de 2012
Viernes de fin de mes y de administración. Ah qué alegre venía la Regina, caminando por la ciudad… y qué orgullosa debe sentirse, cuando ve su figura reflejada en un cristal. Don Carlos y sus 75 años recién bañados y perfumados la esperaban afuera de su puerta mientras doblaba la esquina. “Don Carlos, ¿para qué le sigue intentando con la Regina?” “Una mujer fue la que me orilló a la bebida… y nunca tuve la cortesía de agradecérselo. Quiero reivindicarme”. “¿Dejará la bebida?” “Claro que no, hijo. No me gusta la persona en la que me convierto cuando estoy sobrio”. Llegó la Regina. “Buenos días. Don Carlos, tome. Le traje unos salbutes”. “Gracias muñeca, pero es un mito que al hombre se le conquista por el estómago. Si así lo crees, estás apuntando muy alto”. “Perdone, Don Carlos… sabría exactamente qué contestarle si hubiera puesto atención a lo que acaba de decir”. Callado regresó a su casa. “¿Y los míos, Regina?” “Don, mejor ni pregunte dónde me encontré los salbutes. Con esta crisis, ni pensar en comprarlos. Cada día alcanza para menos”. “Lo sé, Regina. Imagínate, yo tendría que viajar a Sudán si quisiera impresionar a una mujer con mi sueldo. El desempleo es bajo, pero son más bajos lo sueldos”. “Y con el nuevo gobernador, ¿cómo nos irá, Don?” “Estoy seguro que bien. Le darán continuidad a lo que funciona muy bien, como la seguridad y la aplicación de la justicia. Seguiremos avanzando como lo hemos hecho en educación, en incentivar la creación de empleos y en resguardar nuestro medio ambiente. Para mí, esas 5 áreas son las más importantes”. “¿Y los sueldos, Don?”. “Eso no depende del Gobierno”. Los mejores deseos para la nueva administración y para Yucatán en los próximos 6 años. Confiamos en ustedes.
@glambarry
Por: Gastón Lámbarry