Regina y el compadre

23 de mayo de 2012

Regina y el compadre

Llegó el viernes de limpieza en casa y con él la Regina. La madre naturaleza la dotó con las cantidades correctas y la distribución exacta que poco menos de la mitad de la población desea y que poco más de la mitad envidia. Al verla, cualquiera confirma sin lugar a duda que el amor es la respuesta, pero que mientras esperamos la respuesta, el sexo ofrece preguntas muy interesantes que deben ser atendidas. "Regina, traes cara de cansada". "Ay Don, no he dormido. Se nos perdió el compadre ayer por la noche. Lo encontramos hasta hace rato". "¿Cómo es que se les perdió?" "Lo despidieron del trabajo por andar tomado y con lo que le dieron de liquidación, pues se fue a seguir tomando. Todo empezó cuando el jefe le dijo: "Pedro, ¿cómo te atreves a tomar mientras trabajas?" y el tonto del compadre le contestó: "¡Pero si no estoy trabajando!" y que lo corren, Don. De ahí, se siguió tomando. Nos pasamos toda la noche buscándolo de cantina en cantina, que en el pueblo no son muchas, pero sí demasiadas". "Bueno, estaba tomando para ahogar sus penas, Regina". "Pues quizá Don, pero las de él saben nadar, ya se lo he dicho muchas veces". "Quedarse sin trabajo en esta época no es bueno". "Pues, ¿qué hay una buena época para quedarse sin trabajo, Don?” “No, pues no… sólo esperemos que las cosas mejoren económicamente. Hay poco trabajo y el poco que hay paga muy poco”. “Sí Don, los que tienen dinero acá son codos profesionales”. “Al paso que vamos Regina, mis hijos me acusarán de empobrecimiento ilícito y no tendré manera de justificarlo”.

Si alguien tiene un trabajo qué ofrecerle al fiestero del compadre, ni nos avise. @glambarry

Por: Gastón Lámbarry

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