Lázaro Cárdenas, el presidente que no solo expropio el petróleo, también legalizo las drogas.
17 de marzo de 2024
Internet
El 18 de marzo es un día de júbilo nacional, pues marca en el calendario un día muy importante para la soberanía energética de México, pues el presidente de ese entonces, Lázaro Cárdenas del Río decreta la expropiación petrolera, hecho que lo destaca sobre todo en nuestra historia.
Pero durante el cardenismo (1936 – 1940) también figuro la Reforma Agraria con la repartición de millones de hectáreas repartidas entre campesinos, la historia también cuenta que en este periodo la reagrupación obrera da pie a la fuerza sindical del país, además que en la educación esta se hizo obligatoria para todos los mexicanos hasta los 15 años de edad.
Sin embargo, otra característica que ocasiones historiadores no evocan, es la que tiene que ver con las drogas, como dato curioso nada más lo traigo a colación.
Hasta el mismo gobierno federal comparte en apartados electrónicos oficiales que en 1940, último año de su mandato como presidente, Lázaro Cárdenas promulgó un Reglamento Federal de Toxicomanías en el que se eliminaron diversos “castigos” que consideraban el consumo, posesión y venta de drogas como un delito.
El paradigma de este reglamento dejó de considerar a las personas con problemas de abuso de drogas como criminales y las pasó a la categoría de enfermos. Asimismo, esta nueva normativa hizo que el Estado monopolizara la venta de fármacos considerados drogas, por lo cual el tráfico ilícito continuó siendo perseguido por la ley.
Con la puesta en marcha del Reglamento Federal de Toxicomanías se abrieron dispensarios que estaban a cargo del Departamento de Salubridad Pública y cuya meta era suministrar dosis, a manera de tratamiento, a las personas que tenían dependencia a alguna sustancia psicoactiva. El primero de estos dispensarios se ubicó en la Ciudad de México.
Como señala el historiador Benjamín Smith, especialista en historia latinoamericana y de México, los bajos precios de las drogas que se ofrecían en este tipo de clínicas pronto causaron estragos en el comercio ilegal, el cual además ponía a la venta sustancias sin garantía sobre su pureza.
De acuerdo con el periodista e historiador Froylán Enciso, autor del libro “Nuestra historia narcótica: Pasajes para (re)legalizar las drogas en México”, esto sucedió debido a que, en lugar de que los consumidores recurrieran a contrabandistas para acceder a sustancias psicoactivas, éstos podían acudir con un profesional de la salud para que les suministrara dichas drogas enmarcadas en un tratamiento que buscaba superar su adicción.
Según explica el historiador Ricardo Pérez Montfort, autor del libro “Tolerancia y prohibición. Aproximaciones a la historia social y cultural de las drogas en México, 1840-1940”, uno de los personajes que hizo posible que la regulación de las drogas en México fuera posible fue el doctor Leopoldo Salazar Viniegra, quien realizó una serie de exhaustivos estudios que apostaban por acabar con los prejuicios y mitos construidos en torno a diversas drogas, entre ellas la mariguana.
Pese a que las críticas a la nueva estrategia del gobierno de Lázaro Cárdenas vinieron principalmente de la prensa y los sectores conservadores, y a que el gobierno de México responsabilizó a la escasez de narcóticos por la guerra en Europa como la causa del declive del proyecto de legalización; el verdadero motivo por el que la iniciativa se replegó, apenas cinco meses después de su puesta en marcha, fue la presión proveniente del gobierno de Estados Unidos, en particular de un personaje.
Se trató de Harry J. Anslinger, el primer comisionado del Buró Federal de Narcóticos, agencia encargada de la sanción del uso de drogas que se caracterizaba por poner en marcha políticas prohibicionistas.
Aunque México presentó su postura ante la Liga de las Naciones en 1939 y fue secundado por algunos países, la apuesta mexicana fue duramente criticada por Anslinger, quien se opuso tajantemente a la iniciativa y que debido a sus rígidas posturas prohibicionistas fue conocido como el “zar antidrogas”.
Y por la presión internacional desde Estados Unidos, sobre todo al cortar el paso de los insumos, finalmente en junio 1940 el presidente Cárdenas decretó la suspensión del Reglamento Federal de Toxicomanías.
Información de
Rigel Alonzo
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El gobierno de México responsabilizó a la escasez de narcóticos por la guerra en Europa como la causa del declive del proyecto de legalización.