Góngora y Cueva ¡reprobados!

Cuando chavos nuestra querida Chichí nos decía: \\\\\\\\\\"papacito, ten cuidado cuando firmes algo, porque aunque leas las letras pequeñas, recuerda que los bandidos se pasean alegremente entre las líneas de un contrato\\\\\\\\\\".
El consejo de la querida Chichí saltó entre nuestros recuerdos cuando nos enteramos que Genaro Góngora, juez en retiro y ex presidente de la Suprema Corte de Justicia, prefirió meter a su ex a la cárcel y pichicatearle la manutención a sus propios hijos, antes que ver disminuida su deliciosa pensión de 350 mil pesos mensuales. Ante la presión pública pidió disculpas, sin embargo, ya de nuevo está tratando de meter a su ex de nuevo a la cárcel.
Lo que más entristece, es que un mexicano que debiera ser ejemplo de probidad, utilizó sus conocimientos, experiencia y contactos para pasearse, como hacen los bandidos, entre los párrafos de las leyes mexicanas.
Genaro Góngora es un hombre que ya hizo su vida, pero ha demostrado no tener interés de sacrificarse por darle algo más a sus propios hijos.
De manera similar, el famoso José Luis Cuevas, al final de su vida, mostró un misterioso mimetismo con los monstruos plasmados en sus dibujos y esculturas. Tener la frialdad de ver a los ojos a su propia hija y decirle que está fuera de su vida, no importa lo que haya pasado entre ellos, solo implica un verdadero fracaso en lo que debiera ser más importante, lograr relaciones satisfactorias con los hijos que responsable o irresponsablemente hemos traído a la vida.
Como sociedad nos preocupa mucho la adopción por parejas del mismo sexo, pero no existe ningún movimiento con impacto en la opinión pública que exija a los padres naturales de cada niño y de cada niña crecerlos con la autoestima suficiente para que enfrenten su vida como hombres y mujeres de bien.
Es tiempo de pararle al machismo, es tiempo del control natal, es tiempo de aprender que la responsabilidad de un hijo o hija es para toda la vida.