Benito Rosel convierte migración en cueva de delincuentes

17 de octubre de 2012

Benito Rosel convierte migración en cueva de delincuentes

Una filigrana de acusaciones enloda la imagen de la delegación del Instituto Nacional de Migración en Yucatán, dirigida por Benito Rosel Isaac, centro de denuncias por tráfico de influencias y violación de derechos humanos contra migrantes.
En un amplio reportaje, el periódico “La Verdad” destaca que desde afuera la opinión pública ve al Instituto Nacional de Migración en Yucatán como “una cueva de delincuentes y un paraíso de impunidad”.
De acuerdo con la publicación, Benito Rosel Isaac ha aprovechado el cargo de delegado de Migración para proteger a mujeres hondureñas que trabajan ilegalmente en uno de los negocios de sus hijos, ubicado en un restaurante de marisco en el Centro Histórico de Mérida.
Con el título “Rosel Isaac sumido en la corrupción”, el rotativo local destaca la existencia de oficinas “fantasmas” del Instituto Nacional de Migración en Valladolid y Dzilam Bravo, municipios donde supuestamente trabajan sus aviadores.
“La Verdad” narra que Benito Rosel Isaac es investigado por su partido, el PAN, por asignar plazas sin convocatorias en dependencia federales.
En la investigación, el periódico señala que el delegado del Instituto Nacional de Migración en Yucatán afronta acusaciones por cobrar multas o “mordidas” de hasta 25,000 dólares a extranjeros que no desean ser deportados.
El reportaje “Rosel Isaac sumido en la corrupción” subraya la sospechosa retención del libio Samer Yousef Safa en Mérida desde el 8 de septiembre pasado y el caso de una joven atropellada por el político panista en Paseo de Montejo, la cual no recibió ninguna indemnización.

El Instituto Nacional de Migración en Yucatán es centro de denuncias por tráfico de influencias y violación de derechos humanos contra migrantes.

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