Álvaro Cueva pregunta: ¿A poco no?, atrevámonos a contestarle: "Pues no"

22 de febrero de 2013

Álvaro Cueva pregunta: ¿A poco no?, atrevámonos a contestarle: "Pues no"

Álvaro Cueva, en su columna del 20 de febrero pasado publicada por Milenio, pregunta a sus lectores ¿A poco no?
Pues bien, ya que nos preguntó, atrevámonos a contestarle: "Pues no".
Es un hecho que muchos estarán de acuerdo con él, y técnicamente tiene razón, pero lo importante aquí es la percepción de muchos y eso lo sabe Televisa, aunque los eruditos e intelectuales se retuerzan de coraje.
Permítanos explicarle. Resulta que el lunes pasado, Mauricio Clark, en su espacio dentro del noticiero Primero Noticias de El Canal de las Estrellas, le comentó a su auditorio que agradecía a Televisa por el apoyo a su problema de drogadicción y la aceptación a su preferencia por personas de su mismo sexo. Nos enteramos de esto porque nos llegó un comentario felicitando a Mauricio Clark y a Televisa por dicha postura.
Sin embargo, a raíz de algunos comentarios de la comunidad gay, leímos la columna de Álvaro Cueva y debemos confesar, nos sorprendió su reacción. Su molestia, al parecer, es porque según algunos, al buscar la objetividad, el periodista debiera ser invisible y no dejarse influir por sus prejuicios ni por sus sentimientos. Sin embargo, hay quien piensa que en busca de la objetividad, lo único que tenemos son técnicas y en busca del rating, estrategias.
Si un líder de opinión desarrolla una imagen positiva generará confianza en quienes sean atraídos por esa imagen. Su credibilidad crecerá si la gente lo percibe interesante, abierto, sincero; de ser así, quizá termine aceptándole como una persona cercana y amiga. Y los amigos suelen platicar sus cosas. Cuando el auditorio genera empatía con el relator de noticias o con el comentarista, entonces lo convierte en un amigo y de alguna manera, le abre el corazón. En ese momento, la responsabilidad es grande porque la tragedia del personaje público será defraudar a su auditorio ¡Qué mejor para evitar defraudar que sincerarse y ser abierto! Claro, tampoco estamos diciendo que todo hombre público se sincere totalmente. Como dice suegra cuando alguien habla de más: "tanta confianza, da asco".
Pero para decir esto último, Álvaro Cueva nos dice que vomitó, y su vómito salpica al lector. De la pluma de Álvaro Cueva salió un texto agresivo, mal oliente, rencoroso, intolerante y poco inteligente. Incluso, por su reacción, hay quien piensa que ha de ser de closet. Al terminar su texto cierra con una pregunta que nos permite decirle, "pues no".

programadores web