El Mundo al Instante

La primera vez me reí: buen chiste. Luego me pregunté; habría alguna posibilidad. Hoy me digo: todo puede pasar y la señora no está jugando. Sí, Ivonne Ortega Pacheco para presidenta de la República es una posibilidad.

En la entrega anterior comentamos en este mismo espacio que la señora de Dzemul le estaba apostando a la debilidad del Presidente y de su propio partido, para deslindarse de uno y otro, enarbolar “la bandera de las causas populares” , ejercer la presión necesaria y que le compren la idea de ser la mejor opción para la candidatura.

Señalamos también que ni el Presidente ni el PRI son huesos fáciles de roer, que la posibilidad de que cedieran a un chantaje no era fácil y que doña Ivonne seguramente tendría un plan B para irse por la libre o ponerse a las órdenes de los partidos pequeños que le hicieran la mejor oferta

Ante esos escenarios nos preguntamos ¿y tiene realmente alguna posibilidad? La respuesta en sí, tanto de ser postulada como candidata a la presidencia de la República, como de obtener un triunfo en las urnas.

Para que el PRI, su partido, la hiciera candidata, sería necesario que nadie más quiera luchar por esa posición, lo cual es muy difícil pues el dinero que deja una candidatura no es nada despreciable. Para que se registrara como candidata independiente bastaría con reunir cierto número de firmas y muchos pesos, y ambas cosas parecen estar al alcance de la señora Ortega.

La otra opción sería que un partido la acoja y seguramente muchos levantarían la mano: una mujer popular, demagoga, trabajadora, que golpea puertas a la ancho y largo del país, y que seguramente tiene detrás un gran respaldo económico,  por mal que la pase logrará muchos votos que luego se traducirán en pesos para el postulante que recibe apoyo federal en proporción al número de sufragios obtenidos.

Que gane es otro rollo, pero no podríamos descartarlo. Los mexicanos ya no creemos  en nuestras autoridades, desconfiamos de todos, los vemos como mentirosos, estamos cansados de lo mismo y eso  provoca apatía, nos da lo mismo chana que juana, y somos tierra fértil para quien reparta despensas y venda espejitos y eso, sí que sabe hacerlo la señora.

Si Donald Trump se impuso contra todos los pronósticos, por qué en México no puede repetirse el fenómeno, aunque, lo deseamos de corazón, ojalá no llegue a Los Pinos un personaje tan siniestro como el que ocupa la Casa Blanca.