El 90% de los casos de hiperactividad son por alteraciones genéticas
10 de septiembre de 2014
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDH) es la afección neuropsiquiátrica más común en la población mundial infantil y adolescente, llegando a afectar del 4 al 7% entre los 7 y 14 años de edad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Datos proporcionados por el Instituto Mexicano del Seguro Social estiman que en Yucatán podrían sufrir este trastorno entre 16 mil y 27 mil menores que se encuentran en este rango. Imelda Vergara Sánchez, Neuróloga Pediatra del Hospital General Regional Número 1 "Ignacio García Téllez" del IMSS nos comenta:
“Generalmente los niños que llegan a consulta con nosotros el 80% los manda el profesor, tienen una visión bien establecida y generalmente los papás no ven el problema, los que los mandan son los profesores, hay algunos cuestionarios que tenemos de SNAD o Corner y ellos los conocen bastante bien” señaló.
Los niños con este trastorno son inquietos, se mueven constantemente, son irritables, rebeldes y en general no pueden mantenerse en una tarea por tiempo prolongado. Su aprendizaje es deficiente, y no se relaciona con la inteligencia del niño, ya que la mayoría de ellos tienen una inteligencia normal o superior al promedio.
La doctora Imelda Vergara nos habla de las causas del trastorno destacando que la mayoría de los casos se debe a alteraciones genéticas o por factores externos durante el embarazo:
“El 90% hay alteraciones genéticas, a nivel de receptores como la dopamina, la serotonina, también se dice que si la mamá toma alcohol, usó drogas, fumó, algún traumatismo, una prematurez, son factores que influyen para que se desarrolle” indicó.
La especialista informa que para diagnosticar si un niño padece el trastorno por déficit de atención e hiperactividad se aplican cuestionarios oficiales elaborados por la Academia Mexicana de Psiquiatría, si el paciente cumple más de cinco criterios se considera positivo
Además, se aconseja realizar otras pruebas para descartar que el niño presente otros padecimientos como epilepsias generalizadas, problemas de conducta, autismo o en dado caso algún retraso mental.
En cuanto al tratamiento para este padecimiento la NeuroPediatra explica:
“Hay estimulantes para estos pequeños. El TDH va asociado a ansiedad, depresión, problemas de conducta, trastornos obsesivos compulsivos y en base a ello vamos a ver qué medicamento nos conviene y obviamente la psicopedagogía, si no va acompañado de terapia conductiva conductual no va a ver mejoría” comentó.
La doctora señala que el tratamiento debe proporcionarse al menor mientras se encuentra en etapa escolar, cuando menos hasta la educación secundaria porque en muchas ocasiones deriva en deserción escolar, alcoholismo, drogadicción e incluso en embarazos prematuros. Agrega que a un niño que padece este trastorno, con la atención y tratamiento adecuados le puede ir bastante bien e incluso mejor que a niños que no lo presentan.
Para finalizar, Imelda Vergara aconsejó a los padres con hijos que presentan el trastorno que se informen debidamente sobre esta patología pero sobretodo que acudan con un especialista para su manejo.
Los niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad son detectados mediante cuestionarios que se aplican en las escuelas.