Ambulantes de Chichen Itzá no venden lo que realmente se piensa

Chichén Itzá es una de las zonas arqueológicas que año con año recibe la visita de miles de turistas nacionales y extranjeros que admiran maravillados todos los vestigios de la cultura maya.

Por los pasillos se pueden ver una gran cantidad de visitantes recorriendo la zona, pero ellos no son los únicos; diariamente y desde tempranas horas los vendedores de artesanías, ropa o recuerdos se instalan para, de esta forma llevar el alimento a sus hogares.

Muchos podrían pensar que debido a la gran cantidad de visitantes los mercaderes “hacen su agosto” y registran altas ventas, pero la realidad es otra.

Durante un recorrido que Noticieros Cadena Rasa realizó este 21 de marzo, día en que Chichén Itzá recibe una gran cantidad de visitantes, se pudo constatar que a lo largo de toda la zona arqueológica se encuentran distribuidos 562 puestos, pero de todos ellos son pocos los que en realidad registran ganancias durante el día.

“A veces pasa que a veces sólo 100 pesos, 50, a veces nada; a veces cuando hay turista, siempre es igual así como en vacaciones, más o menos. Es poquito dinero, es nuestro trabajo lo que estamos ofreciendo a los turistas para llevar alimento” indicó.

Según declaraciones de los mismos comerciantes, a pesar de la gran cantidad de personas que ingresan diariamente o en temporada vacacional sus ventas no aumentan.

“Casi no hay nada, hay mucha gente pero nada; al día como 100 o 200 pesos, turistas hay pero no compran, se venden como dos o tres piezas” indicó.

Respecto al supuesto proyecto de las  autoridades para  sacar a los ambulantes de la zona arqueológica, los comerciantes dicen no saber nada, pero esperan que eso no suceda porque este es su sustento y su forma se vida, aseguran que con lo poco que ganan aquí pagan la comida y escuela de sus hijos.

“No sé que vaya a suceder, no le puedo dar información porque no sabemos qué va a suceder de aquí en adelante” enfatizó.

“Por ahora no, hay más control de todos” indicó.

“Algunos dijeron que sí, pero es como vuelvo a decir, pues allá vivimos para darle un poco a nuestros hijos” indicó.

Por ahora todas estas personas, en su mayoría sostén de la familia, continúan ofreciendo sus productos, las artesanías que ellos mismos elaboran, esperando que en algún momento los turistas dejen de “regatear” sus precios y paguen el trabajo que realizan día con día.