Cuando se piensa en México, se piensa en calaveras

03 de noviembre de 2016

Cuando se piensa en México, se piensa en calaveras

De dulce, decorativas, gente pintada para representarlas… cuando uno piensa en México es imposible no pensar en las calaveras del Día de Muertos, principalmente, en la imagen de la catrina, así comenta el antropólogo Luis Millones Santagadea, historiador y catedrático peruano, reconocido por sus trabajos de investigación sobre etnicidad y religiosidad.

“Así es, y es muy importante porque esa fiesta en México ha tomado una visibilidad nacional, es decir, si alguien piensa en México uno piensa en las calaveras, los esqueletos, cómo le dicen ustedes ‘la catrina’, entonces el tema es: cómo ha tomado el carácter de figura nacional”

A diferencia de Perú, en donde su capital –Lima- fue construida lejos de Cuzco, Tenochtitlán siguió siendo el centro de su estructura social, incluso con la llegada de los españoles, lo que dio pie a un mestizaje que permitió la supervivencia de las tradiciones y una mezcla de las misma, generando nuevas costumbres nacionales.

Sin embargo, el paso del tiempo,  la conectividad y un estilo de vida global, nos han llevado a adoptar costumbres extranjeras como el Halloween, tradición de origen Celta que tiene como figura principal a Samhain, y que llegó a nuestro país después de haber sido adoptada en Estados Unidos, por los migrantes europeos que llegaron a esa nación.

“Halloween tiene, o más bien se mueve en sectores o de clase alta, muy alta que es muy pequeña en Perú o sectores populares pero urbanos, más bien lumpen en clase media baja; el sector poderoso, cada vez más poderoso es el sector provinciano”

El investigador peruano agregó que en su país, lo provinciano se impone, ya que es una gran fiesta la que se realiza en los enormes camposantos que hay en los alrededores de las diferentes poblaciones. De igual forma, hasta nuestros días han llegado algunas costumbres prehispánicas…

“En la tradición andina es distinto, la clase noble que era bastante extensa no moría nunca, era inmortal, entonces lo que hacían era que se hacía una momia de cualquier noble, entonces la momia del noble, vestida y alajada, acompañaba a los nobles vivos a todas las reuniones, llevada en andas con dos auxiliares a cada lado, y que intervenía en las discusiones políticas, por intermedio de un ministro que interpretaban sus pensamientos, dicen ellos”

 

Este personaje, el “señor muerto”, llegaba a tomar decisiones e incluso tenía propiedades y servidores; que se consideraba un antepasado respetable para las familias nobles que acostumbra a “platicar” con el fallecido.

Nota escrita por

Subiria Duarte

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A diferencia de otros países en Latinoamérica, nuestro país ha logrado conservar casi puras sus tradiciones, como la del día de muertos

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