Acanceh: Jóvenes personifican el víacrusis en Acanceh con la esperanza de curación
28 de marzo de 2013
La experiencia de representar a la Virgen María y a su hijo Jesús en el Vía Crucis de Acanceh abre una puerta grande a la transformación espiritual y al crecimiento personal de jóvenes católicos que entregan a Dios los sufrimientos individuales y familiares en cada acto de la dramatización.
En 33 años de la tradición en Acanceh, ocho jóvenes de distintas épocas han personificado a Jesucristo camino al calvario y en la hora de su muerte en la cruz.
Por segundo año consecutivo, Feliciano Antonio Tec Ek cargará sobre su espalda un madero de 100 kilos de zapote a través de un derrotero de kilómetro y medio que termina frente a la Pirámide de los Mascarones frente a la explanada de la iglesia.
La parroquia de Nuestra Señora de la Natividad invierte 30,000 pesos en vestuarios, accesorios y escenarios que reúne durante un año por medio de donativos, ventas de antojitos y bazares de ropa.
La joven María Kantún Ek participa por primera vez en el personaje de María para sentir el dolor que una madre experimenta al ver a un hijo que padece torturas, burlas, humillación e injusticia.
Este año, un carpintero de Ticul donó las cruces que se usarán en la representación de la crucifixión que dura unos 20 minutos.
En 33 años de la tradición en Acanceh, ocho jóvenes de distintas épocas han personificado a Jesucristo camino al calvario y en la hora de su muerte en la cruz.