Vallisoletano sale a todas partes con un gallo en auto.

07 de enero de 2014

Vallisoletano sale a todas partes con un gallo en auto.

Caminar por las calles de cualquier ciudad y ver que los conductores de autos llevan consigo a su mascota, en especial perros y gatos que asechan por la ventanilla, es algo común, pero quedarse atónito porque alguien lleva a un gallo en el parabrisas es algo que solo se ve en Valladolid. Sí, un gallo, y uno de verdad.

-Me caracterizo por ser original es lo más sobresaliente que tengo, no imito a nadie-, dice Miguel Alcocer Loria, conocido vallisoletano de 80 años que sale a todas partes con su gallo, de nombre “el pollo de patas blancas”, en un auto blanco del año.

 “En primer lugar todos tienen distintas mascotas, yo tengo uno muy singular que viaja en mi coche, creo que lo estás viendo, es un gallo…”

El señor MALO, como se autoapodó, son las siglas de su nombre completo, M de Miguel, A de Alcocer y LO de Loria; curiosamente la pronunciación del vocablo maya “Maloh” significa Bueno, explica. Esa leyenda la tiene grabada en la parte delantera de su auto.

 La casa de Alcocer Loria se sitúa a los alrededores del Convento San Bernardino de Siena y simula ser un cuartel, de hecho la llama “Cuartel del Coronel”, porque dice que su padre fue militar de los Canshokes mayas; y en la entrada almacena varias veletas, de esas que se utilizan en los ranchos.

“Otra cosa que me caracteriza en el medio vallisoletano, en todo el estado y en toda la república es que soy mestizo, pérate que yo ponga mi sombrero porque un mestizo sin sombrero es como un panucho sin frijol o una mestiza sin justan para no decir sin calzón, ¿de acuerdo?”

 MALO indica que una personalidad no se forma en un par de años sino de honradez, de trabajo y popularidad, según comenta, lo que no tienen los políticos actualmente.

 Mientras nos invitaba a pasar a su casa para conocer a otro de sus gallos, de nombre “Huero hermoso” porque es de plumas blancas, le preguntamos a que se dedica. Alcocer Loria suele aplaudirle a su gallo y éste canta con tenacidad. Si lo ve con él por las calles de La Sultana del Oriente, advierte, no se asombre.

 “Vivo de mis rentas y mis amigos, soy divorciado porque así lño quiso el destino…”

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