Ven la cacería como generador de desarrollo rural

La cacería  no solo es un deporte de entretenimiento o de autoconsumo también significa una fuente de ingreso para las zonas rurales del estado de Yucatán, en este sentido, Eduardo Batllori Sampedro, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), sostuvo que esta actividad genera empleos y desde su perspectiva debiera fomentarse mucho más para que sea un factor importante de desarrollo rural.

Al señalar que actualmente existen 70 Unidades de manejo para la Conservación de la vida silvestre (UMA) de diversos animales para su aprovechamiento,  refirió que debido a que Quintana Roo es un estado consumidor importante de venado, valdría la pena trabajar en una estrategia para recuperar y conservar el monte para la producción de venado.

También señaló que la cacería para autoconsumo y venta representa hasta el 75% de los ingresos familiares de quienes habitan en zonas rurales y se encuentran en pobreza.

Por otra parte las personas que se dedican a guiar cazadores por la ciénaga de “El Palmar” UMA localizada en Sisal, que está a cargo de la Seduma, incorporan a su dieta los patos o cercetas con el arranque de la temporada para su captura, que dio inició el 29 de noviembre pasado y concluirá el 23 de marzo del presente año.

Hay 120 guías en la zona, quienes reciben un pago, según versiones extraoficiales de alrededor de 450 pesos al día, este importe en general comprende llevar a los cazadores hacia las aves, posteriormente en casa del guía cocinar lo capturado y compartirlo con la familia, informó en entrevista Luis Antonio Méndez González, Jefe del Departamento de Conservación de Ecosistemas de la Seduma.

La actividad comienza a las 2 o 3 de la mañana, para realizar el recorrido y ubicarse en un lugar estratégico para que al amanecer pueda iniciar la cacería, según la ley de vida silvestre, señala que esta actividad debe iniciarse media hora después de que el sol sale y treinta minutos antes de que el sol se ponga, para que los cazadores puedan distinguir con claridad a los diferentes ejemplares, poder recogerlos y no dejarlos mal heridos, lo que disminuiría su aprovechamiento.