Una mamá recupera a su hijo que injustamente le quitó la Prodemefa

10 de septiembre de 2014

Una mamá recupera a su hijo que injustamente le quitó la Prodemefa

Tras diez meses de vueltas entre dependencias, denuncias y reclamaciones, Esther Mex Balam recuperó el lunes pasado a su hijo Alexander, de 10 años de edad, quien le fue arrebatado por la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa) debido a una denuncia infundada de su esposo José Guadalupe Ortega, quien la acusó de drogadicta y prostituta.

De acuerdo con la señora Mex Balam, un día su marido la golpeó y ella acudió a denunciarlo ante la Prodemefa, pero el acusado le reviró la denuncia, la tildó de drogadicta y prostituta y la Procuraduría, sin abrir una investigación del caso, le dio más crédito al sujeto y le arrebató a su pequeño.

Todo esto, dice la quejosa, ocurrió en Valladolid donde la representante de la institución, María del Socorro Aguilar Álvarez, giró instrucciones para que el menor sea trasladado a las instalaciones del CAIMEDE en la ciudad de Mérida.

"Me quitaron el derecho de ver a mi hijo que porque tenía la acusación de vender drogas, así como le comentaron que yo era `prostituta, me drogaba, que ya no tenía derecho de ver a mi hijo que porque tengo una acusació" comentó.

Ante esa circunstancias, intervino el director de Despertar Cívico Yucatán, Miguel Ángel Pat, y el representante del Frente Indígena Regional Oriente, Jorge Escobedo, quienes tomaron el caso en sus manos y se dieron a la tarea de acudir a diferentes instanacias, como la Codhey y la Fiscalía General del Estado, hasta lograr que la señora Esther recuperara a su hijo.

Ahora evalúan la opción de presentar una demanda en contra de José Guadalupe Ortega Dzib, por todo el daño que causó con sus mentiras.

La señora ahora está muy contenta de tener de regreso a su hijo y envía el siguiente mensaje:

"Yo les diría que antes de hacer algo deben investigar si realmente es verdad, porque causan dolor y sufrimiento, porque yo como madre me desespere no buscaba que hacer cuando a mi hijo no lo tenía" finalizó.

Vivió diez meses de angustia, de vueltas, de dimes y diretes, ante la acusación de su esposo que la tildó de drogadicta.

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