Una intrusa nube hizo que en algunas partes de Mérida no se pudiera ver un fenómeno que se repite cada cien años o más

17 de octubre de 2023

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El escenario era casi perfecto en la zona arqueológica de Dzibilchaltún al norte de la ciudad de Mérida. El templo de las siete muñecas era el acompañante perfecto para apreciar el eclipse solar anular que, de acuerdo con los expertos, es un fenómeno que no se daba desde hace más de cuatrocientos años y que el próximo se repetirá dentro de otros doscientos años.

 

La directora de la zona arqueológica, Federica Sodi Miranda, explicaba cuál había sido la preparación del Centro INAH, para recibir a los visitantes con el objetivo de ver el fenómeno natural

 

“Aquí lo vamos a ver prácticamente en un 90 por ciento, para nosotros sería completo para los astrónomos sería un 90 por ciento. Nosotros nos preparamos para recibir entre mil y mil cuatrocientas personas, pero como se va a ver en gran parte de Mérida, muchos se fueron al sur o decidieron quedarse en sus casas, quedarse en los parques en algunos lugares específicos”.

 

Antes de las 11 de la mañana, los que portaban los lentes especiales podían ver como iniciaba a obscurecerse un ángulo de la circunferencia del sol. Pasaban los minutos y también avanzaba el eclipse. Los cursos alrededor del templo maya esperaban el gran momento, cuando quedara armada la circunferencia perfecta del aro de fuego, un fenómeno que, de acuerdo con la directora de la zona de Dzibilchaltún, ni siquiera se iba a poder apreciar en toda la República Mexicana.

 

“Es una franja donde pasa y obviamente es uno de los mas completos, hace treinta y cuatro años hubo uno en el que, si se oscureció completo, este es parcial se va a ver el aro de fuego alrededor si la gente ve directo se puede quedar ciego, la gente no siente el dolor pero si se afectan las neuronas”.

 

Cuando el reloj marcaba las 11:30, el eclipse estaba a punto de consumarse y que se pudiera apreciar el aro de fuego que no se había visto hace cuatrocientos años. Justo a la hora que se tenía prevista, a las 11:36 una nube se asomó en el cielo, entre el sol y los espectadores, tanto que la sombra también cubrió el templo maya de las Siete Muñecas.

 

Pasaron sesenta, ciento veinte segundos y después de eso fue que la nube siguió su camino por el cielo yucateco. Cuando los presentes volvieron a utilizar sus lentes, ya la circunferencia no era perfecta y el eclipse ya iba de salida.

 

Acto seguido, los presentes complacidos por ver el fenómeno, pero no el momento cumbre, decidieron abandonar la zona arqueológica.

Información de

Ronald Rojas

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