Toreros improvisados se enfrentan a la muerte en un coso sin seguridad
09 de diciembre de 2013
La miseria en sus comunidades mayas y la ambición de llamados empresarios taurinos arrojan a jóvenes toreros sin experiencia a torear en desventaja a su propia muerte en los ruedos de Yucatán, cada vez más sedientos de sangre humana.
En medio de la crisis del oficio de torero de pueblo, el hambre obliga a albañiles y campesinos a cambiar sus alpargatas por la montera y el capote y cobrar anémicos salarios más bajos que de los toreros agremiados que saltan al centro del tablado previa supervisión, lamenta el líder del sindicato local de matadores, Marco Antonio Palma Gómez.
“Andan agarrando toreros de cualquier tipo, gente que no tiene la suficiente experiencia, gente que apenas alguna vez se puso un traje de luz y fue partícipe de un evento taurino, sobre todo con los toros toreados que existen ahorita que es un peligro latente, cualquier momento ahorita ha habido muertos por desgracia, los familiares han quedado desamparados los hijos las esposas” indicó.
Solamente en el 2012, en pueblos de Yucatán murieron por desangramiento tres toreros muy jóvenes que vistieron el traje de luces esperanzados por la paga de hambre de unos cuantos centavos. En los palcos, ninguno recibió atención médica inmediata del contratante indiferente o del público eufórico y exigente.
Las personas que organizan corridas desvalorizan el salario taurino al contratar por 2,000 pesos a cuadrillas de 5 inhábiles diestros, a quienes el Sindicato de Trabajadores en Plazas de Toros de Yucatán llama toreros piratas.
“No son empresarios con experiencia, es gente que se mete en el medio por el asunto económico y no saben en sí el sufrimiento que causa, un empresario en sí, antes de serlo debe de tomar conciencia de que en esto únicamente se corre el riesgo de sufrir un accidente, si no de perder la vida en sí” comentó.
El peligro de muerte y las desgracias de los jóvenes toreros piratas sin experiencia aumenta ante los gritos descalificadores del público indiferente, a quien no le importa el cártel de toreros, sino ver sangre en el ruedo de bajareques y guano.
Al llamar a los empresarios taurinos a no contratar toreros piratas para prevenir más muertes evitables, el líder del sindicato local de matadores, Marco Antonio Palma Gómez, indica cómo se supervisa a los toreros agremiados.
“Cuentan con delegados en los que se encargan que la cuadrilla sea el que vaya al pueblo, que el matador que hizo el contrato sea el que estuvo en su momento en ese lugar, que los banderilleros a los cuales el matador puso en su contrato sean los que estén cubriendo” recalcó.
La miseria en sus comunidades mayas y la ambición de llamados empresarios taurinos arrojan a jóvenes toreros sin experiencia a torear en desventaja a su propia muerte en los ruedos de Yucatán, cada vez más sedientos de sangre humana.\r\n