Narcolepsia, trastorno anormal del sueño: IMSS Yucatán
20 de noviembre de 2012
La narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por tendencias del sueño anormales en las que se incluye una excesiva somnolencia durante el día y la alteración del sueño nocturno. La narcolepsia también se caracteriza por las alucinaciones durante el periodo de sueño-vigilia, explicaron los especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán.
Los síntomas suelen iniciarse en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta, sin que exista enfermedad previa, y persisten durante toda la vida. Una persona con narcolepsia puede tener una crisis de sueño en cualquier momento y el deseo de dormir sólo podrá resistirlo temporalmente. La persona despierta del sueño narcoléptico con igual facilidad que del sueño normal, pueden producirse una o varias crisis al día y es habitual que cada una de ellas se prolongue durante una hora o menos. Es más probable que las crisis se presenten en situaciones monótonas como las reuniones aburridas o la conducción prolongada por autopistas.
La persona afectada de narcolepsia puede manifestar una parálisis momentánea sin pérdida de la consciencia, así como sentimientos de enfado, temor, alegría, gozo, o sorpresa. Dicha persona puede experimentar una debilidad en las extremidades, puede soltar lo que esté sosteniendo en las manos o puede caerse. Como el paciente no puede mover las extremidades ni abrir los ojos, le provoca mucha ansiedad y miedo. Sin embargo, aunque estos episodios pueden durar hasta diez minutos, terminan espontáneamente.
La narcolepsia afecta a un 0.5 por ciento de la población y principalmente se presenta en niños y jóvenes.
En el IMSS Yucatán se diagnosticaron y atendieron 23 casos durante el año pasado. En el presente año, se han diagnosticado y se encuentran bajo tratamiento 10 casos más.
Si usted o un familiar presentan los síntomas descritos, los especialistas recomiendan acudir a su médico familiar a fin de que le brinde la atención y tratamiento que requiera.
El estrés, los cambios súbitos del ritmo vigilia- sueño, algunas infecciones como la mononucleosis infecciosa y los traumatismos craneales podrían ser desencadenantes de esta enfermedad.