Migrantes del sur creen que lavar los genitales previene el VIH
23 de mayo de 2014
Algunos migrantes de Chacsinkín y Tahdziú piensan que la transmisión de VIH puede prevenirse con el lavado de sus genitales antes y después de tener una relación sexual. Esta es una de las creencias que los pone en riesgo de contagiarse del virus en los lugares donde migran, reveló un estudio que desarrolló la UADY en estos municipios con alto índice de pobreza, población maya hablante y migración de varones.
La coordinadora de la investigación, Rosario Quintal López, comenta que aunque muchos migrantes saben que existe el VIH, desconocen qué es el virus, cómo se transmite, cómo se previene el contagio, cómo se diagnostica su presencia en la sangre y dónde se realizan pruebas de detección.
"Ser migrantes los pone en una condición de riesgo y mayor vulnerabilidad de VIH y otras ITS. Y a su retorno al tener relaciones con sus mujeres de las comunidades de origen, sin condón como habitualmente lo hacen, también ponen en riesgo a sus mujeres" señaló.
En una encuesta realizada a 122 migrantes varones reveló que sólo 25% de ellos usa condón con sus parejas en los lugares donde emigra como Mérida, Cancún y la Riviera Maya, lugares donde generalmente permanecen seis días de la semana y tienen contacto sexual. El 75% restante no usa el preservativo.
El estudio que realizó el Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” mostró que los migrantes de Chacsinkín y Tahdziú toman en cuenta la apariencia de una mujer para inferir si está libre de VIH o no. Además, después de la segunda relación sexual, quienes se protegían con preservativo ya no lo usan, porque consideran a su pareja sexual de “confianza”.
"Entre los hombres que investigamos utilizan el condón una, dos, tres veces. Ya después se vuelve de confianza. Regresan a su comunidad y luego las vuelven a ver. Y esas pueden estar teniendo relaciones con más personas. Pues es una relación de riesgo" indicó.
Cuando llegan a sus comunidades, los migrantes no usan condón con sus esposas porque exigen a estas un voto de “confianza”. Además, las mujeres creen el único migrante que no tiene pareja sexual en Mérida, Cancún y la Riviera Maya es su marido.
La investigación duró dos años y costó 1 millón 750,000 pesos, indica la maestra Rosario Quintal López, quien afirma que la vulnerabilidad frente al VIH de los migrantes de Chacsinkín y Tahdziú sería similar en otros municipios con población varonil migrante.
También se descubrió que los pobladores de los municipios estudiados creen que el VIH se transmite por la picadura de un mosquito infectado, por besar en la boca a una persona con VIH, usar el baño y utensilios de comida de una persona enferma.
"Quizá yo lo puedo adquirir con la mujer del prostíbulo, la mujer del show nocturno, pero quizá la mujer que fue a vender la comida está sana. Los estereotipos de permanecen. Hay que ir a remover estas ideas. Todos podemos, incluso yo, tener VIH" comentó.
Rosario Quintal López indicó que los resultados del estudio, que serán publicados en un libro, revelan que las campañas de información sobre el VIH, tanto oficiales y como de organismo civiles, tienen poco impacto en las poblaciones maya-hablantes. Por eso sugiere, crear campañas especiales para los pobladores mayas. Los migrantes fueron entrevistados en sus lugares de trabajo de Mérida, Cancún y la Riviera Maya.
La UADY señala que hay poco impacto de las campañas de información del virus entre la población maya-hablante.