¿Lanzallamas en los autos?
13 de marzo de 2017
Cuando uno piensa en accesorios para su auto, normalmente lo primero que se visualiza son cámaras, navegación satelital, llantas, estéreos, rompevientos y hasta un claxon que suene como el grito de Tarzan. Hasta ese punto conservan un toque de normalidad. Pero, ¿qué pensarían de agregar un lanzallamas a su auto como un mecanismo de defensa anti-robo?
Aunque suena como una locura, tal cosa era totalmente legal en Sudáfrica.
En el mágico año de 1998, un sujeto conocido como Charl Fourie tuvo la maravillosa idea de que los vehículos en Johannesburgo debían poder despedir llamaradas para calcinar a los criminales, así que creó un dispositivo conocido como Blaster. El índice de robo de autos era tan grande en esos tiempos que la gente simplemente compraría lo que fuera con tal de evitar ser una víctima más. Por eso es que se puso tan de moda.
Así fue como por $3,900 Rands sudafricanos ($650 dólares), uno podía disfrutar de un sistema de seguridad que, según las mismas palabras de su inventor, “no era letal, pero podía dejar ciego a cualquiera”.
No conocemos todos los detalles acerca del Blaster. Sólo sabemos que la instalación incluía una boquilla en cada puerta del vehículo, la cual iría conectada a un tanque de gas ubicado en la cajuela que sólo podía ser activado al encender un interruptor y oprimir un botón que se encontraba cerca del acelerador. En caso de que algún asaltante llegara a buscar problemas, sólo haría falta accionar el mecanismo para hacerle sentir lo que las hormigas cuando sucumben ante el poder del sol bajo una lupa.
Como último detalle a mencionar, el buen Charl logró vender un par de cientos de estos dispositivos antes de que fueran descontinuados. Se dice por ahí que aún hay lugares en Sudáfrica donde pueden instalar un lanzallamas en un auto si se paga el precio adecuado. Lo cierto es que son sólo rumores y no hay manera de probar su legitimidad.
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Este aditamento llamado “Blaster” se instalaría como un mecanismo de defensa contra ladrones