La columna de... Wendy Aguayo

27 de abril de 2017

La columna de... Wendy Aguayo

El próximo 30 de abril celebraremos en México el Día del Niño, los festejos están a la orden del día, promociones en restaurantes, tiendas de ropa, jugueterías y eventos dedicados a los más pequeños de la casa; una fecha más que ha caído en las garras de la mercadotecnia perdiendo así su verdadera esencia.

El Día del Niño no lo inventó el comercio, ni tampoco su objetivo es regalar juguetes, todo comenzó con una institución Internacional de Protección a la Infancia y pronto la ONU se sumó a la idea estableciendo una fecha especial para honrar y poner énfasis en las necesidades de los niños, darles lo que se merecen, es decir, cariño, protección, respeto a sus derechos como son; derecho a la vida, a la salud, a la educación, a vivir en un hogar digno y a ser cuidados de manera respetuosa y responsable, lejos de los vicios, la corrupción , la explotación laboral o sexual que muchos viven, es decir, debemos garantizar la felicidad y bienestar de los niños, porque si ellos viven un ambiente sano y feliz, seguramente serán mejores ciudadanos .

Pero mientras que en las leyes los niños y las niñas están protegidos, en la realidad más de la mitad de los 40 millones de menores que viven en México están en situación de pobreza (cifras de la Unicef en México).

Además se han visto vulnerados otros derechos que tienen, como el derecho a la salud o a la educación y aunque hay políticas que están dirigidas a esos temas, también se ven violados sus derechos a la libertad de expresión, de conciencia, al acceso a los medios de comunicación, a internet entre otros.

Rescatemos el verdadero sentido del Día del Niño, conversemos con ellos sobre sus derechos pero también de sus obligaciones como, respetar a las autoridades, estudiar y colaborar en casa, en la escuela y en la sociedad en general.

Si queremos hacerles un regalo, intentemos que sea algo con sentido, que estimule algún aspecto de su desarrollo, planear una salida en familia, de esta forma el verdadero regalo es compartir tiempo juntos.

 

Así que no es un día en que consentimos a nuestros niños por ser niños, es el día en el que los adultos debemos tomar conciencia de los derechos que tienen, nuestra tarea es dejarles un mundo en el que se puedan desarrollar con libertad.

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"Día del Niño… el verdadero sentido"

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