La columna de Wendy Aguayo...
06 de abril de 2017
Esta semana el Observatorio Meteorológico de Mérida reportó una temperatura máxima de 40.7 grados centígrados, la más alta en lo que va del año, prácticamente estamos en un horno pues la sensación térmica ha superado los 50 grados.
El fuerte calor en la capital yucateca y gran parte del interior del estado ha revivido varios problemas, uno de ellos es la baja presión en el suministro de agua potable o carencia del servicio pues son constantes las quejas de ciudadanos que lo confirman. La ciudad de Mérida ha crecido, cada vez son más los desarrollos habitacionales por lo que la demanda se incrementa y con el calor aún más.
Otro de los problemas que trae el calor son las fallas de energía eléctrica, pasa algo similar que con el agua, ante las altas temperaturas la demanda se dispara hasta en un 30 % porque en las casas funcionan más los ventiladores y aires acondicionados. Generalmente los apagones se generan debido a que empieza a sobre poblarse un área, por tanto los usuarios comienzan a recibir poca energía a medida que van conectando sus equipos, ese incremento satura la línea y viene el fallo.
Las enfermedades gastrointestinales y golpes de calor son otros temas que salen a relucir esta temporada. Agregamos a la lista de calamidades, los incendios pues son varias las conflagraciones que se han registrado en Yucatán esta temporada, consumiendo más de 2 mil hectáreas.
Nos quejamos de las altas temperaturas y sus consecuencias, pero ¿qué estamos haciendo para que esto cambie?
Varios han sido los esfuerzos de autoridades de los tres órdenes de gobierno, desde políticas públicas hasta campañas de reforestación para tomar las medidas necesarias ante el cambio climático que incluso va mucho más allá del calentamiento global y sus consecuencias, provoca implicaciones más profundas tales como fenómenos meteorológicos extremos y alteración del ciclo del agua. Los sectores agrícolas, que incluyen cultivos, ganadería, pesca y acuicultura, deben también adaptarse a un clima cambiante y padecen sus consecuencias.
Cada vez hay más asfalto y menos áreas verdes, el rescate de los mismos es primordial, como ciudadanos tenemos que sumarnos a esta tarea y las autoridades pues, a hacer lo que les corresponde, regulando aún más los desarrollos de vivienda y haciendo que las reglas se cumplan.
Escucha la nota
"El calor y otras calamidades"