La columna de... Wendy Aguayo

En un abrir y cerrar de ojos terminó el mes de febrero, transcurriendo ya el tercer mes de este 2017.  Marzo trae consigo varias fechas significativas, entre ellas el 8, Día Internacional de la Mujer Trabajadora o simplemente Día de la Mujer el cual conmemora la lucha de este sector de la población por su participación , en pie de igual dad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.

Una fecha reconocida por la ONU y que este año tiene como lema: “Las mujeres en un mundo laboral en Transformación hacia un planeta 50-50 en 2030”.

Cuando se conmemora el Día Internacional de la mujer algunos lo hacen pensando que es una especie de celebración con tono de fiesta; sin embargo el verdadero origen dista mucho de ser un motivo para sonreír, mandar felicitaciones, hacer regalos o inflar globos, pues lo que sucedió hace y dio origen a tal conmemoración fue realmente terrible.

146 mujeres murieron en un incendio en una fábrica textil en Estados Unidos , al no poder salir pues los dueños habían cerrado las puertas para evitar robos.  Esto hizo que se produjeran cambios legislativos importantes en temas laborales.  En 2011 comenzó a funcionar la entidad de la ONU referente a la Igualdad de Género y Empoderamiento de la mujer.

Tras conocer los hechos históricos uno se puede dar cuenta de que los logros han sido fruto del trabajo de muchas mujeres, sin embargo no se ha alcanzado totalmente esa igual.  En lo laboral aún escuchamos casos de mujeres que son despedidas de su empleo sólo por el hecho de quedar embarazadas; en los rubros de derechos humanos, salud y educación ni qué decir, un largo camino falta por andar.

En Yucatán el año pasado con el fin de fortalecer y garantizar la protección de los derechos de las mujeres , el gobernador Rolando Zapata anunció la transformación del Instituto de Equidad de Género por el de Igualdad entre Hombres y mujeres en Yucatán, de igual manera se hicieron modificaciones a las leyes de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y de la Comisión de Derechos Humanos.

Indudablemente queda mucho por trabajar  y sólo se conseguirá si es que mujeres y hombres se comprometen con el progreso y la justicia.