La columna de… Wendy Aguayo

23 de febrero de 2017

La columna de… Wendy Aguayo
El pasado fin de semana los organizadores de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán fueron severamente criticados por publicitar la edición 2017 con un cartel donde se podía ver a una mujer sometida por un hombre con un fuete con la leyenda “Castígame pero déjame leer” y es que como parte de la campaña publicitaria subieron a las redes sociales una serie de imágenes alusivas a libros, que también han sido películas, como 50 sombras de Grey.
Tal fue la presión e indignación, no sólo de mujeres sino también de hombres que no daban crédito a que la Filey respaldada por la UADY promoviera de esa manera la Feria de la Lectura, que los organizadores se vieron obligados a ofrecer disculpas. Pero mejor y no lo hubieran hecho, pues a través de un comunicado en su cuenta de Facebook argumentaron que su campaña incluyó una imagen que resultó impropia para un sector de las personas que comparten redes sociales y por respeto a ese grupo social decidieron retirarla.
La violencia de género obviamente no es cuestión de un grupo social, es una problemática en la que se ha estado trabajando años atrás, se han modificado leyes y se han dispuesto campañas de concientización.
Lo que llamó la atención es que hubieron personas que dijeron “no es para tanto” y que tacharon de feminazis a las mujeres que manifestaron su molestia; creo que no va por ahí, pues habría que separar lo que es una práctica sexual, en donde dos personas están de acuerdo, de un problema grave como lo es la violencia de género. Allí es donde le falló a la FILEY, pues juntaron la “gimnasia con la magnesia” al poner sobre esa imagen tremendo texto que a todas luces denota violencia.
El tema llegó esta semana hasta la tribuna del Congreso del estado en donde legisladoras de diferentes partidos políticos hicieron un llamado para erradicar hechos que atentan contra las mujeres y el respeto a sus derechos; lamentaron la promoción de la violencia hacia las mujeres al referirse al caso de la campaña de la FILEY.
Indudablemente fue un tremendo error, pues por más libertad de expresión y variedad de pensamientos que haya, nada justifica la publicidad que sugiere la violencia de ningún tipo.

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"Publicidad y violencia..."

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