En Mérida hay 1,200 asentamientos irregulares, con miles de paracaidistas
12 de mayo de 2015
Según información extraoficial, en Mérida se han detectado unos 1,200 terrenos invadidos por paracaidistas, algunos motivados por la necesidad y otros, quizá los menos, por intereses particulares, unos políticos y otros económicos.
Uno de esos terrenos, como anticipamos, se encuentra al sur del Sur Profundo. En él se han asentado 150 familias, al parecer todas de Mérida, que fueron llegando poco a poco, a imitación de los primeros. Ellos saben que cometen un ilícito pero, por el momento, dicen, es lo que tienen y ahí permanecen en espera de auxilio oficial.
Mérida, una de las ciudades más expandidas del país, está rodeada de terrenos, la mayoría de propiedad privada. Se sabe que algunos dueños pagan vigilantes para evitar invasiones, y se sabe también que algunas agrupaciones como Antorcha Campesina suele promover las invasiones al parecer con fines políticos.
En medio del monte, hacinados en casas de cartón, láminas o tela, rodeados de calor, polvo, y lluvia, ven pasar la vida mientras pepenan lo indispensable para subsistir porque, dicen, el trabajo escasea y está mal pagado.
Joel Alberto Rivera Sánchez, de 30 años de edad, padre de familia, nos narra de viva voz la situación que los apremia.
“Puedo trabajar dos días, tres días a la semana, o hay veces un día, o hay veces de plano no sale nada. Como yo soy pintor y albañil igual, pues salimos a las calles a ver las fachadas que están feas: oiga jefa no quiere una manita de gato o un zarpazo de tigre, pues dicen, no que si, aquí tengo la pintura y pues ya nosotros la empezamos a pintar y pues ya te ganas tus $100 ó $200 pesos, ahora sí, que para la comida del día”
Cabe hacer mención que entre la inseguridad y las condiciones adversas de salud en las que viven esas familias, hay gente de todas las edades, igual se encuentran personas con discapacidad, mujeres embarazadas, adultos de la tercera edad o niños pequeños.
Como María Griselda Tuyub Èk, de 22 años, madre de un bebé de 3 meses, quien explica las pésimas condiciones en las que vive.
“Estaba viviendo en casa de mi suegra, pero hay muchos problemas allá, pues mejor conseguir una casa en donde tengamos que estar, por mi bebé, pues estas acá, aunque hay mucho polvo, no tienes donde que la puedas bañar bien, el agua que usas hay veces se ensucia un poco por la basurita y el aire, no hay excusados y entonces todo se complica, pero ni modo.
Escucha la nota
En su gran mayoría son yucatecos con un denominador común: la miseria, aunque no falten vivales.