En 2015 han cerrado 50 restaurantes.

Hasta el momento han cerrado 50 restaurantes afiliados a la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (CANIRAC), 10 más que el año pasado, informó Álvaro Mimenza Aguiar, presidente de este organismo, y añadió que este 2015 ha sido un año sumamente difícil para el sector.

”La mayoría de los restaurantes cierran a principio de año y la tendencia va bajando porque los últimos tres meses del año son los mejores; pero ya tenemos contabilizados en la Cámara aproximadamente 50 restaurantes que cerraron este año” expresó.

Mimenza Aguiar, aseguró que esto se debe a la difícil situación económica que se ha vivido en el país y aunque declaró que además no prevén tener un crecimiento mayor al 1%, dijo esto no es lo peor, sino que esperan un 2016 más difícil económicamente.

Indicó que diciembre es uno de los mejores meses para el sector restaurantero, pues se presenta la noche blanca, las cenas de navidad y año nuevo, además de la gran cantidad de turistas que llegan a la capital para pasar las vacaciones; pero dejo en claro que las ganancias de este último mes no podrán recuperar todo lo perdido en el año.

”Si nosotros evaluamos lo que ha sido el año completo, el año completo ha sido un año de estancamiento, ha sido un año muy malo económicamente; yo no creo que vayamos a crecer, no creo que vayamos a pasar el 1% en crecimiento; pero la preocupación de nuestro sector no está en lo que ya paso, está en lo que viene pues el 2016 pinta para ser uno de los peores años económicamente” informó.

El representante de los restauranteros recordó el llamado que se hizo a los legisladores federales para que se cambiara el régimen fiscal en el sector, solicitando que se pudieran deducir las facturas por consumo en restaurantes en un 100% y no en un 8% como actualmente se realiza, pero esta petición fue desechada.

Antes de finalizar, Álvaro Mimenza Aguiar, señaló que esta misma situación se vive en otros sectores empresariales y sobre todo en otros estados pues aseguró que la gente cada día pierde poder adquisitivo, lo que se traduce en una disminución del consumo interno.