El peor y mejor regalo de los yucatecos.

14 de diciembre de 2012

El peor y mejor regalo de los yucatecos.

Típico que para estas fechas en las escuelas, trabajos y hasta entre los mismos familiares surge la grandiosa idea de hacer el intercambio de regalos; sacan una hoja de papel y un bolígrafo y escriben en ella los nombre de los participantes; los enrollan y comienza el sorteo cada uno saca el nombre de la persona a la que le tocará y comienza la búsqueda del regalo perfecto para esa persona.
Cuando llega el momento que todos esperaban comienza el intercambio y ¡oh sorpresa! Cuando recibes tu regalo lo abres con tanta emoción y cuando te das cuenta ¡plop! Exijo una explicación porque no era lo que esperabas ver, es más ni si quiera es algo que te guste, claro que todo esto se queda en nuestras mentes porque a la persona que nos lo dio pues simplemente le regalamos una sonrisa y un gracias y cuando nos hacen la pregunta ¿te gusto? Contestamos si, esta genial gracias de verdad.
Claro que esto no siempre sucede, hay a quienes les toca la buena suerte de recibir lo que realmente esperaban o algo con lo que se identifiquen y les guste, es por esto que le preguntamos a la gente ¿cuán ha sido el peor y mejor regalo de intercambio que han recibido y qué pensaron cuando lo tuvieron en sus respectivas manos?
“En mi escuela fue una pluma que hasta estaba usada y la envolvieron nada mas, y se lo agradecí, por lo menos me dieron algo. Un oso de peluche que estaba todo equis y ni siquiera me lo esperaba, mi mejor regalo fue una caja de chocolate. El peor regalo unas plumas es odioso que te den plumas, te esmeras a buscar algo y te dan unas plumas, el mejor regalo es una caja de galletas de chocolate y un montón de dulces” comentó.
Quienes han pasado por esta experiencia optan por no volver a meterse en este tipo de actividades, ya que a veces uno se esmera por regalar lo mejor y recibe siempre lo no mejor.
Hay un dicho que está en la boca de todas las mamás y que seguramente se ha escuchado más de una vez, “lo que importa no es el regalo sino la intención con que se da”, si es verdad la intención es lo que cuenta y se agradece pero el mal sabor de boca ya nadie te lo quita.

Cuando llega el momento que todos esperaban comienza el intercambio y ¡oh sorpresa! no era lo que esperabas ver.

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