Discriminar en México...

Bien sabemos que la Constitución ha sido reformada en varias ocasiones. Pero hay de reformas a reformas. Una de las históricas sucedió el 14 de agosto de 2001 cuando ingresó a nuestro texto la prohibición expresa de la discriminación. Además de prohibirse, la no discriminación pasaba a ser un derecho constitucional y, desde 2012 a raíz de otra reforma, es un derecho humano no ser discriminado.

Esto trajo como consecuencia la creación de una Ley Federal y la creación de un organismo en la materia: el Consejo Nacional para Prevenir y Eliminar la Discriminación, que tiene como principal objetivo construir las políticas antidiscriminatorias y ser el eje rector de este derecho.

Una de las acciones más relevantes de este Consejo ha sido el desarrollo de tres grandes Encuestas Nacionales sobre Discriminación en 2005, 2010 y 2018.
Este ejercicio es importantísimo si partimos de la base que para atacar un problema primero tenemos que conocerlo, entenderlo, estudiarlo y, sobre todo, medirlo.

La primera encuesta, la de 2005, nos puso frente a datos duros sobre ese  México que discrimina. Pero en ese entonces no teníamos con qué compararlo para saber si este fenómeno subía, bajaba o se mantenía. Hoy, a 13 años de distancia ya tenemos muchos instrumentos y datos para hacer un análisis.

¿Cómo está la discriminación en México?

En un esfuerzo conjunto entre el INEGI, CONAPRED, la UNAM y la CNDH esta semana se presentó la Encuesta Nacional sobre Discriminación y los datos que destacan son los siguientes:

*Los motivos principales por los que la gente ha sido discriminada son: forma de vestir y arreglo personal, peso/estatura, edad y creencias religiosas.

*Las personas encuestadas dijeron que los derechos que menos se respetan son de las personas transgénero/transexuales, de los gays y de las lesbianas y de los pueblos y comunidades indígenas

*El 39% de las personas encuestadas no le rentarían una casa a una persona con VIH o con SIDA

*El 18% de los hombres encuestados y el 15% de las mujeres no le rentarían una casa una persona indígena

*El 64% considera que no se justifica poco o nada que dos personas del mismo sexo vivan como pareja

*Casi el 40% justifica que se hable a la policía cuando hay jóvenes reunidos en una esquina

*El 48% de las trabajadoras del hogar manifestaron que la principal problemática es la falta de prestaciones laborales. Las y los adultos mayores dijeron que la falta de empleo.

¿Qué nos muestran los resultados?

Evidentemente nos refleja los prejuicios, los estereotipos y las creencias transformados en prácticas concretas de desigualdad. Nos muestra ese país de doble moral que engrandece a las culturas prehispánicas pero rechaza a los hombres y mujeres indígenas actuales. Nos pone de frente el sexismo, el clasismo, la transfobia y claro, el racismo.

También pone en evidencia que la ciudadanía en el país está de acuerdo con los derechos de otras personas siempre y cuando (ponga aquí cualquier pretexto).
Los resultados no distan mucho de la Encuesta Estatal sobre Discriminación realizada en 2014 por la CODHEY donde el primer grupo que la población encuestada señala como el más discriminado son las personas LGBT, seguidas de la discriminación por razones de pobreza económica.

Todo lo anterior señalado debe servir, primero, para hacer una introspección nacional sobre el clima social y las causas de la discriminación y, segundo, para ordenar las prioridades en el combate a la misma. Estos resultados lejos de ser desalentadores son el trazo de una agenda pública para trabajar.

Porque la discriminación no sólo es un maltrato, la discriminación es esta naturalización de la pobreza, de la desigualdad, de la injusticia que se ve reflejado en el acceso a la salud, al mejoramiento de la calidad de vida y el acceso al empleo.

No sólo es quién te cae bien o mal, no sólo es  qué piensas del “diferente” sino qué resultados tiene eso que piensas, a quién no contratarías en un empleo, quién crees que merece los males que vive y contra quien luchas, contra quiénes haces marchas y contra quién estarías dispuesto a organizarte para frenar el avance de sus derechos.

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