Denuncian campesinos de Molas, despojo de tierras

Campesinos del ejido de Molas solicitan el pago de 925 hectáreas de sus terrenos que fueron convertidas en zona protegida y patrimonio cultural de Mérida, por lo que ya no pueden trabajarlas ni les pertenecen, según informa a Notirasa Isauro Sosa, quien representa a 91 de los afectados.

Agregó que el día 4 pasado el Tribunal Unitario Agrario programó una audiencia para encontrarle solución a ese problema, pero no se realizó por falta de quórum.

Recordó que en 1993, la alcaldesa Ana Rosa Payán Cervera declaró 10, 757 hectáreas como patrimonio cultural de los meridanos, que abarcan  varias comisarías incluyendo a Molas, por lo que ya no pueden realizar ningún trabajo en ellas, además de que se encuentran abandonadas.

“Decretaron esa superficie de la zona sur, se decretó pero no se indemnizó, no podemos hacer nada, leñar no puede hacer milpas, sacar piedras, nadie puede hacer nada”, explicó.

Dijo que, además de dejarlos desprotegidos, tienen que lidiar con especuladores que desean apropiarse de las tierras, comprándoles a los campesinos a costos muy bajos, entre ellos Antonino Almazán Artiaga quien utiliza a 15 ejidatarios  como presta nombres.

“Es un tal Antonino Almazán Artiaga, él está vinculado con los Patrón Laviada, van a los ejidos y utilizan a ejidatarios, en Molas están utilizando a 15 campesinos”, indicó.

Isauro comentó también que ese señor intentó registrar las tierras pero no se le fue permitido porque esa superficie está asentada  en el Libro del Registro Público de la Propiedad como reserva protegida.

Otra de las denuncias que hizo Ku Sosa es que en el 2006 se llevó a cabo una asamblea la cual fue amañada según él un representante de la Procuraduría Agraria así como un notario establecieron que esas tierras dejarían de ser de uso común para pasar a títulos parcelarios, sin embargo consideran que la repartición no es pareja pues a unos les han correspondido más hectáreas.

Agregó que como la audiencia del 4 de noviembre no se llevó a cabo están a la espera de una nueva fecha en la que puedan expresarle a la autoridad sus inquietudes, para darles una solución en la que los campesinos salgan beneficiados.