Vacacionar o sobrevivir, la historia de Lalo

24 de agosto de 2016

Vacacionar o sobrevivir, la historia de Lalo

Eduardo Poot Aké, para los amigos Lalo, con sus 21 años a cuestas , y a diferencia de muchos otros muchachos, él ya se ha vuelto experto en el arte de sobrevivir, sabe que tener las ganas y el coraje de salir adelante, es suficiente para lograrlo. Lalo, claro, también es jovencito inexperto, quizá no sepa tanto de camisas, ni de zapatos, quizá no conozca tantos lugares, ni zonas para vacacionar, quizá no sepa de hoteles, ni de playas lujosas, quizá no sepa mucho de discos o bares, quizá en estas fechas no supo lo que se siente salir de vacaciones, él, sabe que con $250 pesos a la semana, para el pasaje, las colegiaturas  y los sueños, no alcanzan.

Él, por las mañanas estudia en la Facultad de Ingeniería, va en 5º semestre,  y por las tardes trabaja en una tienda, sabe que hoy el dinero no da para mucho, y aunque sus amigos hablen del tema, irse de vacaciones no está en sus posibilidades:

 “La verdad es que uno que está estudiando y se logra mantener apenas, prácticamente es independiente tiene que ver sus prioridades, priorizar las cosas, actualmente estoy trabajando para poder pagar lo que es mi inscripción y  no solo esto, libros, transporte porque es muy necesario para poderme mover de un lugar a otro, calzado, vestimenta, todo es algo que no se paga fácil y yo lo tengo que asumir, porque en sí no hay una figura que me apoye directamente, entonces si lo veo un poco pesado para planear unas vacaciones, y sí he querido ir a lugares, pero digo no aquí me quedo, y ya después veremos qué pasa, pero creo que ahora no es el momento indicado para hacerlo”.

Su padre, murió cuando tenía meses, de él recuerdos casi no tiene, su madre aunque quiera, su trabajo y posibilidades no dan para sacar a su hijo adelante.

 “¿Cuándo fue la última vez que te fuiste de vacaciones? No ha habido una última vez, pues como yo responsable de mi educación desde la prepa, yo he tenido que ver por los gastos escolares, de mi comida, de transporte, porque unos seis años, llevo trabajando por mi cuenta propia, si acaso una salida a la plaza o al cine, y eso de verdad porque no hice algo y me quedo dinero, y vacaciones que diga voy a Cancún y  a Progreso, ahora no se puede”.

Lalo gana muy poco dinero, que a su juicio los menos de $300 pesos a la semana se van como agua, durante estas vacaciones el aprovechó el tiempo para trabajar más, de ves en cuando cuidando niños, apoyando con mandados y brindando asesorías de matemáticas, una de sus principales pasiones, los  números.

A pesar de no tener posibilidades de conocer una playa o un hotel, a este joven no le preocupa, el prefiere trabajar duro y seguir adelante.

 

 “Pues si se puede, está en que uno quiera salir adelante, se puede salir adelante aunque veas todo desfavorable, digo yo no he terminado pero ahí estoy, estoy a la mitad de mi carrera, veo que estoy yendo por muy buen camino, a las personas que me han apoyado gracias, sobre todo a los que me han dado el trabajo, que no vean como un obstáculo la falta de recursos, más bien como una motivación y entonces eso les va a cambiar mucho el panorama”.

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A sus 21 años sabe perfectamente que el dinero apenas alcanza para vivir y estudiar

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