Una voz en el comercio sexual masculino, parte II
01 de octubre de 2015
Durante una etapa de su vida, Alfonso fue un cliente cotidiano en el ámbito del comercio sexual -quien lo más que llegó a pagar fueron mil quinientos pesos- y aunque por breve tiempo se dedicó al trabajo sexual, finalmente decidió buscar otras opciones.
“¿PRACTICASTE LA CUESTIÓN DEL SEXO COMERCIAL, OFRECIENDO EL SERVICIO?”
“Pues si ofrecí el servicio, pues realmente me dio miedo que la gente se entere porque yo contrataba por las redes sociales, por las redes sociales lo iba a comenzar a hacer, y por miedo a que me descubran, mi familia se entere pues no lo hice. Pero sí hubo una vez que salí vestido de mujer a venderme”
“¿CUAL FUE LA NECESIDAD QUE TE LLEVO A ESA SITUACIÓN?”
“Pues realmente tenía compañeros que también se prostituían, y pues para encajar en ese grupito, pues yo igual comencé a hacerlo, comencé a vestirme de mujer y comencé a salir a las avenidas a venderme. Y pues el dinero fácil, ya sea para a beber, para ir a las cantinas, para ir a las discos y pues se necesita dinero y es una forma muy fácil de conseguir dinero en poco tiempo”.
“¿CONOCES A ALGUIEN QUE LO HAGA POR NECESIDAD?”.
“Realmente nunca conocí a una persona que tenga como que la necesidad de hacerlo, más bien lo hacen por adquirir dinero y tener como que sus gustos de comprarse cosas, de salir a lugares, de gastar mucho, de ir a las cantinas, pero la necesidad de estudiar o de mantener a una familia, pues no hay tal cual necesidad”.
Como la de Alfonso existen muchas otras historias similares. Actualmente Alfonso acude a un grupo de auto ayuda con el objeto de vivir su homosexualidad plenamente, sin riesgos de salud y sin remordimientos.
“¿CÓMO ES QUE DECIDES DEJAR ESE PANORAMA Y DEJARLO DE PRACTICAR?”
“Pues en la comunidad conozco personas con VIH con enfermedades de transmisión sexual y es cuando me entra el temor de infectarme, igual si lo haces con preservativo es un precio y si lo haces sin preservativo se duplica el precio y por eso dije que tal si me da una enfermedad sexual”.
“Un amigo le detectan VIH, al comenzar a ver eso, su enfermedad y todo eso, ver como esta, y como lo quería mucho pues dije no quiero no, y aparte ya me sentía mal, como que excluido de las personas que lo hacían. Como lo deje de hacer me rechazaban, pues encontré un grupo de auto ayuda, para dejar todo eso atrás, para ver que puedo ser una persona digna de hacer cosas, que puedo conseguir un trabajo, de estar con mi familia, de no tanto abundar en el sexo, porque al principio cuando era homosexual, pues todo radicaba en el sexo. Pero ahorita como que viene siendo como una persona heterosexual nada más que viene siendo hacia una persona de tu mismo sexo, con las mismas bases de respeto, valoración y todo eso.”
Ahora si me siento feliz de ver que mi vida ya tiene camino, ya tiene un rumbo, me siento como que pleno.
Agradecemos a Alfonso por darnos la oportunidad de contar su historia y compartir con nosotros las dificultades que ha tenido para vivir su homosexualidad en una sociedad que privilegia la heterosexualidad. También agradecemos a su grupo por darnos la oportunidad de conocerlo. Así mismo, pudimos informarnos que en México ser gay no es ilegal, e incluso que en Yucatán los trabajadores sexuales no cometen ningún delito. Lo que es ilegal es la trata de personas.
En notas subsecuentes ofreceremos más historias y puntos de vista con respecto a una arista dentro del abanico de las relaciones entre hombres, donde descubrimos la existencia del amor, la pasión, la discriminación, y como en tantos otros espacios, la presencia de las drogas y de los menores de edad.
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Es la segunda parte de la entrevista con Alfonso, un joven de 24 años que adquiría servicios sexuales a cambio de dinero.