Un triciclo le cambiaría la vida

10 de marzo de 2017

Un triciclo le cambiaría la vida

Hay algunos que afirman que la vida no es justa, ni mucho menos injusta, sólo es. Lo que sí, es que la vida en ocasiones parece que se ensaña con los más necesitados, con aquellos que menos tienen, con las personas que no saben que comerán mañana, ni que les depara en el futuro.

Quién de nosotros no ha tenido un problema, y cuando creé que saldrá de él, llega otro más fuerte para sorprendernos y recordarnos que la vida no es justa, ni injusta, sólo es.

Tal es el caso de doña Silvia Carolina Collí Duarte, una mujer que todos los días se levanta, pensando en solucionar sus preocupaciones, el alimento diario, la falta de dinero, la educación de sus hijos, y por si fuera poco la enfermedad de su esposo.

Dice sentirse agotada, no sabe qué hacer, su esposo, un hombre de apenas 45 años padece diabetes, y está imposibilitado para caminar.

 “Es diabético, de repente le salen unas “bolas de agua”, revienta y le sale materia, ahora le volvió a pasar lo mismo, el sábado estaba buscando como trasladarlo porque se estaba muriendo de calentura”.

Se encuentra en una disyuntiva, no sabe si cuidar a su esposo Miguel Eduardo May Puc o salir a trabajar para ganarse el alimento diario, de él, ella y sus hijos.

 “Ahora de plano no puede mover sus dos pies, tengo tres hijos que van a la escuela, hay veces no comen, y en ocasiones ni si quiera van a la escuela porque no tengo como llevarlos, siento que ya no puedo, de verdad que me vallan a ver a mi casa, no tengo baño, donde vivo nadie te da nada”.

Ahora ella se dedica a vender mangos verdes, o cualquier fruta de la temporada casa por casa, hace un mes hizo un préstamo de $2 mil pesos para comprar un triciclo, mismo dinero que se le fue en curaciones, taxis y pasajes cuando su esposo enfermó.

Ella solicita ayuda, dice que un triciclo le caería como oro del cielo, ya que con el podría salir a trabajar, vender ropa, frutas o buñuelos en las calles, para poder sacar adelante a su esposo, e hijos de 13, 10 y 4 años que más que nunca la necesitan.

 “Yo trabajaba en el mercado, pero la verdad no me da el dinero, ahora me dedico a vender mangos y ropa, pero no tengo como llevar las cosas, el me ayudaba cortando leña, pero ahora el otro pie ya se lastimo, yo quiero que me ayude la gente, pues que ayude con triciclo”.

 

Si usted conoce a alguien que quiera apoyar a esta familia con un triciclo, con ropa o con cualquier ayuda monetaria, será bien recibido y ellos se lo agradecerán infinitamente. Por ahí dicen que la unión, hace la fuerza, y los yucatecos ¡en verdad sabemos que es eso!

Doña Silvia no cuenta con los medios para sacar adelante a sus tres hijos, quienes a veces no tienen para comer o ir a la escuela

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