Un Paseo Montejo en la Sierra Madre de Guerrero

25 de septiembre de 2014

Un Paseo Montejo en la Sierra Madre de Guerrero

Enclavada en la Sierra Madre del Sur, en la comunidad de La Pintada, del estado de Guerrero, predomina entre las 137 coloridas viviendas del lugar una calle llamada Paseo Montejo, bautizada así por los vecinos en honor a la famosa avenida de Mérida, Yucatán.
La razón es que los habitantes quisieron hacerle un reconocimiento al secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, por todo el apoyo que les ha brindado para lograr la reconstrucción de la comunidad, que hace un año sufrió el desgajamiento de un cerro que causó destrozos y cobró la vida de 71 personas, afirma Germán Oteiza Figaredo, quien tiene a su cargo las Obras de construcción.
El directivo de Grupo de Oro destaca el cariño que los lugareños le tienen al secretario por sus constantes visitas a la comunidad que antes eran calles en mal estado y escombros de las casas destruidas y  ahora se levanta el pequeño Paseo Montejo, una pequeña calle peatonal de 120 metros, con piso de adoquín, decorada con esculturas de bronce, bancas de herrería y lámparas de estilo colonial.
El simbólico Paseo se encuentra a un costado del malecón con una espléndida vista al río de La Pintada, a unos metros de la nueva Iglesia, que fue consagrada el pasado martes 16 por el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, con motivo de la conmemoración de un año de la tragedia, que encabezó el secretario Ramírez Marín.
En la ceremonia religiosa, el Arzobispo agradeció a los tres niveles de gobierno, a los constructores, profesionales, a la comunidad y en particular al titular de la SEDATU, por estar pendiente de las obras de reconstrucción del lugar, que incluye una escuela, un comedor comunitario, un refugio para 100 personas, una cancha de fútbol, un área de juegos infantiles, panadería, tortillería, una estética y hasta una alberca pública, entre otros servicios.
La consagración de la nueva Iglesia fue emotiva, con un templo al tope de feligreses y decenas de cruces de granito en memoria de las víctimas. Frente a la Iglesia, en la calle principal, la comunidad habilitó el “Parque de los Naranjos”, donde se sembró un árbol por cada una de las víctimas, incluidos los cinco pilotos de la Policía Federal que murieron en las tareas de rescate.
En ese pintoresco lugar hay otra pequeña presencia de Yucatán: el recubrimiento de la alberca se hizo con la resina el árbol de Chucum, que fue llevado desde Mérida, un material de origen maya cuya aplicación comienza a cobrar auge por su efectividad y su valor ecológico.
Recordemos que, La Pintada pertenece al municipio de Atoyac de Álvarez, en la Sierra Madre de Guerrero, está a 1,730 kilómetros de Mérida y que la construcción del Paseo de Montejo fue concluida en 1904, durante el primer mandato del gobernador Olegario Molina Solís, de manera que ahora, 110 años después, se le rinde un homenaje con el pequeño Paseo Montejo de La Pintada.

La avenida meridana inicialmente contaba con una extensión de 1,280 metros, el de La Pintada tiene 120 metros. Sus escenarios son diferentes, el primero cuenta con majestuosas casonas, el segundo está en medio de la montaña, con una vista a un pequeño río.

En La Pintada recrean la avenida en honor a Yucatán, tierra del titular de la SEDATU, Jorge Carlos Ramírez Marín.

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