Recuerdan 101 años de la llegada del primer ferrocarril a Tizimín.

Ayer domingo, 30 de noviembre, se cumplieron 101 años de la llegada del primer ferrocarril a Tizimín, hecho histórico que no puede pasar desapercibido para los tizimileños, acentuó el Prof. Luis Pérez Salazar, conocido amante de la historia local.

Fue un medio de transporte que facilitó el traslado de la ciudadanía a otros lugares y agilizó la exportación de productos que aquí mismo se elaboraban, en el ramo de la madera, maíz, chicle, cosechas, entre otros, permitiendo el desarrollo económico y social del municipio y la región.

Con información recabada del señor Felipe Pérez Alcalá, el profesor narra la crónica de este suceso que tuvo lugar prácticamente en el centro de la hoy ciudad de reyes en 1913. Un día antes de la fecha provista, Tizimín estaba de fiesta.

“Ese día, hace 101 años, Tizimín estaba de júbilo, alegría y fiesta, las calles estaban adornadas sobre todo la que conocemos hoy como la 51, eran 2 calles más alrededor y estaban adornadas con palmeras, gallardetes y la gente venía desde muy temprano, la estación se había construido de madera y laminas de zinc”

Parte de las festividades previas organizadas para tal ocasión, fue la audición vespertina de la Banda de Música del 7° Batallón. Horas más tarde, a las 9 de la noche se llevó a cabo una vaquería en el local del mercado municipal, en donde los pobladores lucieron trajes regionales y bailaron con mucha algarabía las hermosas jaranas.

Al día siguiente, a las 5 de la mañana, la Banda del 7° Batallón realizó un desfile recorriendo las principales calles de la población, tocando alegres dianas con tambores y trompetas anunciando a los tizimileños la solemne inauguración del Ferrocarril.

“A las 10:20 de la mañana llegó el primer tren, pero, aclaro, no fue el inaugural y traía a mucha gente que fue invitada a venir a conocer el pueblo de Tizimín y ahí mismo vino la Banda de Música de Espita que dirigía el maestro Aureliano Sierra; a las 11:22 sin retrasos ni nada llegó el tren inaugural que era la locomotora numero 26 y era conducía por don Juan B. Garma, también venían el señor Canónigo Pedro Pérez Elizagaray, también don Eduardo Ramírez que era Canciller de la Habana y muchas gentes”

El ferrocarril, compuesto de 6 pullmans, tenía como maquinista al señor José María Flores y en ellas viajaban personalidades del Consejo de Ferrocarriles. Pérez Salazar, apunta que en un coche especial vino la banda de música del 16° Batallón del Regimiento Federal.

Para el acto protocolario, las autoridades se enfilaron en los corredores de la estación. Posteriormente, se ofreció un banquete para 150 personas en la casa de los señores Alberto Gonzales y Leonor Araujo, hecha de madera y situada en lo que hoy se conoce como el Parque de la Rejollada. Dato curioso es que el menú estaba en francés y durante el festín llovió muy fuerte; la gente celebraba en diferentes puntos del pueblo.

Más tarde ahí mismo hubo una corrida de toros y en la Iglesia parroquial se celebró una misa llamada “de traje” a cargo del párroco Ramón Emilio Méndez López. 

“La salida para regresar a Mérida, el inaugural salió a las 4 de la tarde y el otro a las 12 de la noche, ¿por qué razón? En uno se fueron las visitas que no tenían más tiempo de quedarse en Tizimín y después esperaron porque hubo una cena baile en el Palacio Municipal, pero fue una velada filarmoníca, literaria, cultural, a la que asistieron más de 200 personas; la comida que se daba ellos le llamaban ‘el ambigú’, entre una parte de la velada se daba y luego continuaban”

 Ya por la noche en el mismo local del Mercado Municipal se realizó una vaquería que congregó a una multitud, siendo amenizada por la Banda de Música de la entonces villa de Tizimín dirigida por el maestro Samuel García Barrera y varios músicos.

Hoy solo quedan las barras metálicas de los rieles donde se desplazaban los vagones del ferrocarril, así como la olvidada estación ferroviaria que se inauguró en 1946. A la fecha, ninguna autoridad ha puesto empeño en remozar el edificio.