Pollerías tiran desechos frente a un kínder de Chuburná
04 de octubre de 2013
Madres de familia del kínder “Miguel Hidalgo y Costilla”, de Chuburná de Hidalgo se quejan de vecinos conchudos del rumbo y comerciantes sinvergüenzas que amontonan sus desperdicios orgánicos en descomposición junto a bolsas de basura que cada miércoles las maestras sacan a las puertas de la escuela para su recolección.
A unos pasos del jardín de niños, ubicado en la calle 20A por 21, hay una pollería de una conocida granja y a unos metros está el pestilente basurero del mercado de la colonia, donde siempre hay aguas verdes que destilan mal olor.
La señora Argelia Reza Guerrero explica que entre la basura que dejan los vecinos y comerciantes hay patas y pellejos de pollo en descomposición, restos de comida, papeles de baño y zorros muertos.
Hace unos dos años, en Noticieros Cadena Rasa denunciamos el tufo que salía de la basura podrida que se amontonaba en el basurero del mercado de Chuburná y que minaba los salones del kínder matutino, donde estudian unos 120 niños de 3 a 6 años de edad.
En una visita que realizamos al jardín “Miguel Hidalgo y Costilla” constatamos que la carretera frente a la escuela está tapizada de papel higiénico usado, el cual los recolectores de basura no se llevan en el camión.
Las mamás manifiestan que es una conchudez que los vecinos y polleros no paguen el servicio de recoja de basura y amontonen sus desperdicios junto a las bolsas de la escuela.
Comentan que hay una señora de la tercera edad del rumbo que barre la puerta de su casa y lleva la basura frente al kínder, pues un supuesto pariente político le aseguró que cada semana un camión de basura le recogería sus desperdicios frente a la reja del colegio.
Las mamás inconformes con la situación piden a los demás padres de familia y maestros que tomen fotos a las personas que tiran los desperdicios de sus pollerías y basura de sus casas frente al kínder “Miguel Hidalgo y Costilla”.
Madres de familia del kínder “Miguel Hidalgo y Costilla”, de Chuburná de Hidalgo se quejan de vecinos conchudos del rumbo y comerciantes sinvergüenzas que amontonan sus desperdicios orgánicos en descomposición junto a bolsas de basura que cada miércoles las maestras sacan a las puertas de la escuela para su recolección.