La semana mayor, alivio para pescaderías y pollerías

21 de abril de 2014

La semana mayor, alivio para pescaderías y pollerías

Aunque no fue tan buena como en años pasados, la reciente Semana Mayor representó un alivio pasajero para vendedores de mariscos y pescado fresco y frito del mercado “Lucas de Gálvez”, donde las pollerías aprovecharon el cierre de puestos de carne de res del vecino mercado “San Benito”.

Jorge Sosa, propietario de la pescadería “Sosa”, comenta que la ventas de Jueves Santo y Viernes Santo de 2014 fueron 30% menores que las del año pasado a causa del precio del producto, el precio del limón y la creciente presencia de ambulantes de mariscos en colonias de Mérida. El Viernes Santo vendió 200 kilos de producto, un aumento significativo porque en un día habitual expende de 30 a 40 kilos en promedio. Principalmente ofreció mero y cazón de 3 de la mañana a 5 de la tarde.

"Hay competencia desleal en las colonias de quienes venden a pie, en triciclo o con cubetas, pero éstos no tiene garantía por si sale mal" comentó.

En el puesto de pescado frito “El Tiburón”, Eduardo Sosa, expresa que el Viernes Santo significó una ayuda para la venta habitual del producto que califica “de la trampa”.  Generalmente en un día desplaza de 30 a 40 kilos, pero el viernes pasado vendió 150 kilogramos de mero y esmedregal. Comenta que la cantidad es menor que en años anteriores y atribuye la baja a la perdida de la tradición de practicar la vigilia.

"El Viernes Santo nos ayudó porque el resto de la Cuaresma las ventas estuvieron de la patada. El pescado ya no está barato como antes y nosotros los padres no inculcamos las tradiciones a nuestros hijos" señaló.

La misma situación atravesó el señor José Estaquio, del puesto “El pez vela”. Este Viernes Santo recordó con nostalgia cuando años atrás los clientes llevaban de dos a tres kilos por persona cuando esta vez a duras penas compraban un kilo de corvina frita. Sin embargo, de vender 30 kilos al día el viernes ofreció 150.

"Estuvo de la patada, bajísimo. Ahorita con el salario que se paga aunque uno tenga ganas de comerlo ya no se puede" indicó.

Los carniceros de res del mercado “San Benito” no trabajaron del Jueves Santo al Domingo de Resurrección, días en que no trabaja el rastro de Mérida. La mayoría de los comerciantes de cerdo tampoco abrieron sus puestos. Sin embargo, los polleros registraron una alza de 100% en sus ventas durante la Semana Mayor, como el negocio de Addy María Sosa.

"Hay muchos turistas que comen pollo, filetes, huevos y pavo. Se vendió más porque no había cerdo ni res y el pescado muy caro" comentó.

En el “Lucas de Gálvez” y el “San Benito” el precio del kilógramo de limón varía según el puesto y el tipo del fruto. El persa chico y tierno cuesta de 20 a 25 pesos, el italiano se vende de 30 a 35 y el persa grande vale a 40 pesos.

La venta habitual de pescado frito y de mariscos está de la trampa, afirman comerciantes.

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