Piden hoteleros participar activamente en la promoción del Estado
05 de febrero de 2014
“Una golondrina no hace verano”, así referenció Ricardo Dájer Nahum, Presidente de la Cámara Mexicana de Hoteles en Yucatán al hecho de que ciertos días haya una buena ocupación y en otros se refleje un bajo aforo de huéspedes.
Explicó que la ocupación hotelera durante 2013 en Mérida fue de 57.16%, lo que corresponde a un aumento respecto a la de 2012 que fue de 53.51%. En el interior del estado, durante el año inmediato anterior únicamente se alcanzaron a ocupar el 33.76%, comparado con el período previo tuvo un decremento al registrar una ocupación de 49.68% en 2012.
Así mismo señaló que el incremento de los ingresos de los hoteleros en 2013 fue de 3.08%, porcentaje superado por la inflación que fue del 3.97%, en ese respecto, dijo que octubre y noviembre fueron los meses con mayor ocupación por lo que salvaron el año; cabe mencionar que en esos meses se llevó a cabo la segunda edición del Festival Internacional de la Cultura Maya.
Reiteró su posición para que el Tren Transpeninsular tenga como destino el aeropuerto de Cancún, debido a que sería un aliciente para que los turistas extranjeros visiten el oriente de Yucatán, donde hace falta más inversión pues dijo que la conectividad ahí ha caído dramáticamente
También agregó que la falta de coordinación entre el estado y la federación para evitar las dos filas para acceder a Chichén Itzá, así como los mil 200 ambulantes dentro de la zona, son temas pendientes.
Aunado a eso señaló que desde finales del año pasado hicieron una petición al gobernador del Estado, Rolando Zapata Bello, para participar activamente en la estructura de los proyectos que buscan promocionar al estado y dijo que hasta la fecha no han recibido respuesta alguna; en este contexto recordó que el próximo Tianguis Turístico se aproxima y negó que hasta ahora hayan sido contemplados para tal evento.
“Una golondrina no hace verano”, así referenció Ricardo Dájer Nahum, Presidente de la Cámara Mexicana de Hoteles en Yucatán al hecho de que ciertos días haya una buena ocupación y en otros se refleje un bajo aforo de huéspedes.