Parricidio por falta de afecto

09 de agosto de 2017

Parricidio por falta de afecto

Una presunta venganza contra su padre orilló a Eduardo Alejandro Mazún Díaz de 19 años de edad a quitarle la vida a cuchillazos. 

Desde muy pequeño él y sus 4 hermanos fueron abandonados por su progenitor, Paulo Mazún Nahuat, para irse con otra mujer de nombre Angélica María Poot Dzib, a quien el joven asesinara también de la misma forma en el interior del domicilio de la calle 40 por 39 y 41 de la Colonia Felipe Carrillo Puerto, donde vivieron y procrearon a un menor. 

Mazún Díaz tuvo una infancia lastimosa. Creció sin afecto por la falta de atención. 

Su madre, Patricia Díaz Maas, es mesera desde hace muchos años y posiblemente por eso su esposo la haya dejado con sus 5 hijos. Ninguno se hizo responsable. 

De la relación Mazún- Díaz hubo 4 varones y una niña. Eduardo Alejandro es el mayor. 

A la vuelta de la casa donde viven, sobre la 31 entre 52 A y 52 B, está la primaria Justo Sierra Méndez donde fueron expulsados por irrespetuosos. Los varones sobretodo, se peleaban con otros alumnos y le faltaban el respecto a sus maestros. Al parecer, fue más fácil deshacerse de ellos que buscarles ayuda. 

Fue así que desde muy pequeños quedaron a la bendición de Dios y a la merced de familiares que desde luego tenían sus responsabilidades y no se ocupaban por completo de ellos. Vivieron en la calle prácticamente, en medio de pobreza. Algunas veces robaban para comer y así se convirtieron en delincuentes; al grado de, en el caso del mayor, matar. 

 La falta de valores, de educación, pero más la cercanía de sus padres que no tuvo fueron los posibles factores que hicieron que Eduardo se inmersa en los vicios, alcohol y drogas.  

La violencia intrafamiliar era cosa de todos los días. Los vecinos comentan que no conoció el amor. Su triste desenlace fue acabar en el reclusorio. El motivo, ser culpado de asesinar a su padre y madrasta por presunta venganza; el coraje de una discusión mientras los hoy occisos ingerían bebidas alcohólicas con ellos. 

 

Surgen muchas incógnitas de cómo lo hizo, trabajo que los investigadores aun no revelan. Pero la evidencia más dolorosa es la falta de afecto en un matrimonio que destruye a los hijos, a una familia. 

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Anécdota de la vida de un joven que ultimó a su papá y madrasta por una presunta venganza

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