Luz encendió una luz en oscura sospecha

Luz Aké, una artesana de Sucilá, encendió la luz de algo que podría resultar muy oscuro: la venta de hilos y otros productos a quienes reciben apoyos oficiales, que a la postre resultan clientes cautivos y pueden generar pingues ganancias, repartibles incluso entre sus promotores.

Aunque el gobernador del Estado advirtió al entregar apoyos a 1,015 artesanas que podrían comprar donde quisieran, junto a él, dos personas se ocupaban de dirigir a las beneficiadas a  un salón adjunto donde les cambiaban el sobre con el dinero recibido y les entregaban un paquete con hilos para urdir hamacasque, a decir de la señora Luz, sólo cubrían la mitad del importe.

Yo le creo a la artesana sucileña; usted puede creerle o no. Esto no se trata ya de credibilidad sino de la postura de la directora de la Casa de las Artesanías. Interrogada por nuestro reportero respondió al respecto:

A nadie se le obligó a comprar, sólo aceptaron el canje 155 artesanas, yo hablé con los proveedores y me dijeron era opcional, no sé quiénes son los que estaban ahí vendiendo pero tenían sus logotipos, no requieren permiso del gobierno del Estado para hacerlo, son los mismos que han estado en ocasión anterior, no está prohibido permitir el acceso, es público… pero no se tomarán represalias contra la quejosa.

¿Cómo la anfitriona del evento no sabe quiénes vendían los hilos si el evento fue en su casa, no en la calle, si los vendedores tenían logotipos y no es la primera vez que lo hacen?. La prueba es que 155 aceptaron.

¿Hemos de creerle cuando dice que cualquiera se puede meter a vender en un evento oficial y, si esto fuera cierto, no habrá quien supervise a los vendedores para evitar un timo como el presente y que unos vivales se lleven el dinero que con tanto esfuerzo consigue el gobernador del Estado para apoyar a las mujeres de campo.

En nombre de la artesana Luz Aké, gracias señora directora de la Casa de las Artesanías por su generosidad, gracias por no tomar represalias en su contra, aunque se le agradecería más investigar la queja y, si de verdad, se están aprovechando de estas pobres mujeres, se están aprovechando de la buena voluntad del gobernador, se interponga una denuncia ante las autoridades correspondientes, incluyendo a funcionarios  si alguno se viera beneficiado con este flagrante despojo.