Lo que dejó la derrota de la Selección de Brasil
09 de julio de 2014
Tras la derrota de Brasil ante Alemania, las reacciones de los aficionados no se hicieron esperar y entre tiroteos, asaltos, quema de autobuses, riñas callejeras, saqueo a comercios, la vida de una persona terminó, ya que no pudieron controlar la pasión o más bien la decepción.
Los brasileños habían puesto sus esperanzas en su selección a la que le pedían les diera la alegría de verlos campeones en casa y así dejar un poco de lado la terrible situación que se vive en su país, objetivo no logrado.
Y por si esto fuera poco la burla en las redes sociales a través de los memes tampoco se hizo esperar, imágenes como las del Cristo Redentor con una mano en el pecho y otra en la cara reflejando su decepción o con ambas manos en el rostro mostrando su incredulidad ante la goliza o incluso despegando como un cohete para huir de Rio de Janeiro, entre otros muchos como los de Adolfo Hitler, celebrando la victoria Alemana que le ha conseguido un lugar en la final, llenaron las redes sociales.
Sin duda este será un partido que se quedará en la memoria colectiva de los que siguen fielmente al deporte que mueve masas, el fútbol, pero para los brasileños no será igual una simple fecha, será un día que quedara arraigado en los más profundo de su historia, incluso algunos afirman que este trago amargo es peor que aquella trágica final de 1950 en el Maracaná cuando fueron vencidos por la selección de Uruguay.
Los brasileños han regresado a su triste realidad, y enfrentar de nuevo las carencias, la situación política y social con la que viven a diario, ya que para ellos el mundial finalizó con la derrota de su selección
Por su parte la presidenta de Brasi Dilma Rousseff , escribió en su cuenta de twitter: Así como todos los brasileños, estoy muy triste por la derrota”. Lo siento inmensamente por todos nosotros. Aficionados y nuestros jugadores”, ‘Levántate, sacude el polvo y vuelve a la cima’”.
La decepción llevó a los brasileños a comportarse de una manera violenta, cobrando la vida de una persona.