Las cuentas de SCT no le cuadran a la Auditoría Superior de la Federación
08 de agosto de 2017
Cuando joven, me molestaba escuchar a los adultos decir: “En nuestra época esto no pasaba, en nuestra época todo era mejor”. Con el tiempo concluí que los adultos suelen decirlo a manera de mecanismo de defensa, es decir, ante la irrupción de las nuevas generaciones, que traen brío y fuerza, que empiezan a llenar los espacios de poder, los mayores tratan de subestimarlos y difícilmente reconocerán como mejores sus acciones y procedimientos.
Quizás la frase de Jesús a Pedro sea la sentencia de este proceso natural en el que las nuevas generaciones irrumpen el que hacer político y social: “En verdad, en verdad te digo: cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras”.
Pero ¿a qué viene todo esto? Permítame comentarle: cuando era joven, muchos nos molestábamos del mexicano construido en el imaginario colectivo, ese que a todo decía “ahí se va”. Me llega a la mente El no hay, personaje del actor Héctor Suárez.
Yo siempre pensé que esa actitud pronto quedaría en el pasado gracias a los avances que la revolución mexicana lograría en materia de educación, sin embargo, el socavón del recién inaugurado Paso Express de Cuernavaca, el choque contra el techo de la estación Basílica del Metrobús en la Ciudad de México, el dinero que circula debajo de la mesa en las contiendas electorales debido principalmente a la ingenuidad de que la sobre regulación lo resolverá todo, haberle entregado a verdaderos delincuentes la fiscalía de Nayarit, la incapacidad de dar los servicios de conectividad adecuados en el centro histórico de Mérida porque no se previeron los conductos subterráneos adecuados; los hechos delictuosos en la delegación Tláhuac, en la que los mototaxis sirven de herramienta al crimen organizado y la declaración poco creíble de su delegado de: “yo no sabía nada”, me hace sentir aveces que anteriormente se hacían mejor las cosas.
Al observar los restos del espejo, lo primero que me viene a la mente es que estamos muuuuuy lejos de hacer las cosas bien a la primera. Por otro lado, me brinca una nota que publicó La Jornada, la semana pasada, en la cual comenta que la auditoría realizada a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes por parte de la Auditoría Superior de la Federación reporta a la fecha “mil 858 millones de pesos en erogaciones no solventadas que incluyen pagos por obras no ejecutadas, pagos excedentes o duplicados, diferencias sustanciales entre volúmenes de obra autorizados y liquidados en las carreteras”. Habrá que ver cómo concluye esta auditoría en tiempos que muchos comentaristas han solicitado la cabeza de su titular. Y por hoy, ya no quedan muchos deseos de seguir viendo reflejos en el espejo, será mejor cubrirse y estar prevenidos ante el paso de la tormenta tropical Franklin.
Nota escrita por
Bernardo Laris
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El Espejo Roto...