Las bombitas, cohetes y luces pueden causar lesiones severas
14 de diciembre de 2013
Las luces de colores o blancas distinguen a la temporada navideña, la alegría de ver brillar los arbolitos, series navideñas, bengalas y cohetes también pueden significar un riesgo debido a que es esta época aumentan los accidentes en casa y esas podrían ser las causales de quemaduras por un descuido o exceso de confianza, apuntó el Médico General, Eliseo de Jesús Estanislao.
Por tal motivo hizo un llamado a los padres de familia para evitar facilitar a sus hijos el acceso a los cohetes.
No todos los accidentes pueden evitarse, en este sentido, el entrevistado compartió algunas recomendaciones para actuar puntualmente para atender las lesiones con prontitud de acuerdo con el tipo de quemadura que pueden ser de primero, segundo o tercer grado, además lo que para un adulto parecería una lesión pequeña no lo es para un infante, ya que su dimensión corporal es distinta de la de una persona mayor.
Si un niño se quema la cara, las manos o los genitales es necesario que reciba atención médica inmediata, de esta manera, el galeno puede identificar la intensidad de la afectación y proporcionar el tratamiento adecuado, pues podría estar ante una quemadura de segundo o tercer grado, esta última requiere atención hospitalaria, pero ambas se caracterizan por un dolor intenso, así como una lesión importante tanto en profundidad como en extensión.
Cuando no pasa del enrojecimiento de la piel, las quemaduras son de primer grado, éstas son las únicas que pueden atenderse en casa, basta con aplicar una pomada para rozaduras de bebé.
Finalmente dijo que no recomienda el uso de cohetes y se propuso a favor de una campaña de concientización de la población al respecto.
Las luces de colores o blancas distinguen a la temporada navideña, la alegría de ver brillar los arbolitos, series navideñas, bengalas y cohetes también pueden significar un riesgo debido a que es esta época aumentan los accidentes en casa y esas podrían ser las causales de quemaduras por un descuido o exceso de confianza.