La huelga de la UADY afecta la educación, economía y comercio
27 de enero de 2015
En tanto que los trabajadores administrativos y manuales y las autoridades de la UADY no lleguen a un acuerdo en el aumento salarial, la huelga continuará, pero ¿Cuál sería el recuento de los daños colaterales de esta decisión?
En primera instancia tenemos a más de 23 mil alumnos de esta casa de estudios que no saben cuál será la suerte de este semestre ya que, tanto las preparatorias como las facultades continúan cerradas; si bien la Universidad asegura que las clases “continúan en línea sin ser interrumpidas”, paralelo a la puesta en marcha de sedes alternas, también es válido afirmar que estas no son las condiciones óptimas para el aprendizaje, ni tampoco son las que los alumnos que pertenecen a esta casa de estudios desean, pues, como hicieron notar, ellos se ganaron el derecho estar en esa institución.
Por otra lado tenemos a los casi 1800 maestros que imparten cátedra en la máxima casa de estudios en el estado, quienes tendrán que adaptar el plan de estudios a las nuevas y verosímiles condiciones en las que están impartiendo clase, -en el mejor casos- ya que tanto línea como en otras sedes, no cuentan con el material necesario, mismo que dota la universidad, para la impartición del material y su aplicación práctica en los diversos laboratorios, a los que mientras dure la huelga, no podrán tener acceso.
Pero las repercusiones de la huelga van más haya des aspecto académico y la suerte de los estudiantes y docentes, afecta otros aspectos importantes, tales como la economía y el comercio, ¿Por qué?, porque los centros de trabajo ubicados en los alrededores de las escuelas, hoy cerradas por los huelguistas, dependen en gran medida del movimiento y flujo económico que generan precisamente los alumnos, maestros y directivos que día a día requieren de sus servicios.
Ese es el caso de una papelería que se encuentra frente a la preparatoria número 1, la que ha registrado un descenso en sus ventas equivalente al 80% ya que desde el inicio de la huelga, el incasable mar de estudiantes que requerían de urgencia unas copias del material que verían ese día ha cedido, de la misma forma en la tiendita de la esquina manifiesta pérdidas del 50% diario, porque los jóvenes que acudían por algún bocadillo o golosina ya no pasan más o el caso de la cafetería, que al final de cada jornada se llenaba de vida con el bullicio de los estudiantes, registra una afectación superior al 50%.
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Los alumnos están perdiendo clase y con ella el conocimiento, mientras que el comercio registra ventas por debajo de lo normal por la inactividad de las prepas y facultades.