Joven invidente afronta la vida en la adversidad.

En las resbalosas, nuevas calles del Centro Histórico de Mérida nos encontramos con Yeni Berenice Oliva Gómez, una jovencita invidente de Bacalar, cuya biografía nos enseña que sólo hay dos opciones ante la adversidad: quedarse tumbado a llorar en un rincón o afrontar con agallas la vida con todos sus retos.
Yeni nació ciega hace 22 años en Quintana Roo y desde entonces su madre, la señora María de los Ángeles Gómez Fajardo, le ofrece todas las herramientas para que cuando quede huérfana de madre, no sea dependiente de nadie y menos una carga.
En año y medio, la muchachita se graduará de maestra de educación especial en una escuela normal de Bacalar. Quiere trabajar en un centro de rehabilitación enseñando a niños ciegos el arte de caminar con bastón en las calles.
Doña María de los Ángeles guiaba a Yeni Berenice en las resbalosas calles del Centro Histórico, muy cerca de la Plaza Grande, cuando el reportero se acercó a conocer su historia.
Frente a la limitación de sus ojos, la jovencita aumenta la agudeza sensorial de sus oídos, que le permiten percibir el estado emocional y las intenciones de una persona en la voz. Por medio de imágenes acústicas logra reconocer si hay un automóvil en movimiento o una tortillería cerca de donde camina.
Yeni Berenice solicita a las autoridades de Mérida que coloquen semáforos parlantes para los invidentes, pues no pueden ver el cambio de color.
María de los Ángeles Gómez Fajardo comenta que acompañar a Yeni en todos sus momentos de crecimiento personal ha sido una aventura, en que la jovencita extrañó siempre la presencia de su papá para sentirse plena y completa.
El sentido que Yeni Berenice Oliva Gómez da a su vida a pesar de las limitaciones físicas es un ejemplo para sus hermanos y los habitantes de Bacalar.