Historias de muerte, espíritus y almas

Numerosas son las historias, apariciones, manifestaciones, sonidos, y hasta espantos que al interior de los cementerios se puede encontrar; aún más cuando escuchamos la voz de aquellos que a diario conviven con los muertos.
Chucho y José Antonio son dos compañeros de trabajo en el Cementerio Xoclán, el primero se desempeña como encargado del horno crematorio y el otro es agente funerario. Ambos han tenido experiencias y acercamientos a los espíritus, esos deambulan por las salas de velación, las bodegas y las áreas de oficina del panteón.
Chucho narra el día en que el molino de los huesos incinerados se echó andar por sí sólo.
Por su parte José Antonio fue testigo de algo que muchos de los vivos tememos, la manifestación de un suceso que a nadie le gustaría atravesar, al parecer el trabajador del panteón escuchó el llamado de un alma que se había quedado atrapada dentro de un ataúd.
Para estos dos compañeros el miedo ya es un amigo más, han aprendido a sentirlo, a vivirlo, a expresarlo y compartir esos momentos sin dejar que el sobresalto perdure varias horas.