Centenario, testigo mudo de múltiples historias

A un lado de la estación del tren, Alfredo González ha sido testigo del paso de los años, viendo crecer a infinidad de niños que un día acudieron con sus padres al Parque Zoológico del Centenario y que hoy van de la mano con sus hijos e incluso algunos con sus nietos, recorriendo los mismos caminos y visitando a sus amigos de la infancia como Sussy.

Por más de 25 años, Don Alfredo se ha dedicado a la venta de unos monitos en bicicleta, globos con formas de diferentes personajes que a los pequeños les encanta, trabajo que en la actualidad es difícil de conseguir a sus 67 años de edad y que ha permitido que su hija se convierta en una gran profesionista.

“Gracias a Dios de aquí yo con los poquito que he vendido tengo una hija que terminó su carrera como enfermera,  pero pues ella ya se casó, ya hizo su vida y yo a mi edad, ya no hay donde me den trabajo porque soy una persona grande, aquí estoy sacando para seguir sobreviviendo”.

A pesar de las condiciones del tiempo y al haber abierto sus puertas nuevamente entre semana, las familias yucatecas desde muy temprano se dieron cita una vez más en este lugar, para disfrutar con los pequeños de las instalaciones renovadas.

Otras historias como la de Rodrigo Lira que toda su niñez se la pasó a la entrada de la zona de los animalitos del zoológico, en un puesto que ha pertenecido a su familia por cerca de 40 años y como si fuese su hogar, está preocupado por las nuevas instalaciones, como son los módulos de juegos infantiles, que en los primeros día ha visto a algunos jóvenes subirse, con riesgo a romper alguno.

“Las modificaciones se hicieron bastante bien, mejoras hasta que el público decida, porque si va a necesitar bastante vigilancia realmente los juegos, hemos visto en el transcurso de la poca temporada de la mañana que vienen jóvenes de prepa, un poquito más grandes, de universidades y se suben a ellos y la verdad le van a dar un maltrato enorme, no están todavía poniendo las reglas pero si va a quedar bastante bien el parque hasta ahora”.

Relatos como doña Mary  que desde el municipio de Hunucmá viajaba a la ciudad de Mérida a sus consultas con sus seis hijos y aprovechaba para visitar este parque, que ahora ya han formado sus propias familias y al ver los cambios que se han hecho, vendrá acompañada de sus nietos.

“Vengo y les gustaba a mis hijos, se divertían porque hay juegos,  pero no gastas mucho dinero con ellos, pienso traer a mis nietecitos, tengo cuatro nietos que están muy pegados conmigo”.

Y es que sin importar el tiempo o la edad, todos en algún momento, guardamos en la memoria un recuerdo o historia del emblemático Parque Zoológico del Centenario.