Familias de Tizimín al otro lado del periférico
31 de julio de 2015
Del otro lado del periférico de la calle 22 de Tizimín, en las calles 20 y 18 entre 51 y 49, nadie se imagina que hay gente viviendo ahí por la maleza que opaca los endebles hogares.
Los servicios básicos aun no llegan, dice Leydi Mercedes Mukul Uh, quien vive desde hace 4 años en la zona, una extensión de la colonia San José Nah Balam.
Es un lugar donde se esconden hombres a beber o a drogarse y eso les causa temor, además de ser hábitat de animales ponzoñosos.
“Yo lo que necesito es corriente, mando a mi hija a comprar y no quiere ir porque está oscuro, por acá se llena mucho de borrachos y drogadictos, necesito que me ayuden con una casa, no tengo ni agua, me lo regalan, no hay nada, ni agua ni corriente”
Junto con su esposo, Jorge Amilcar Pool Nahuat, luchan por sacar adelante a sus tres hijos que van a la escuela. Buscan un mejor futuro para ellos. Viven en una casa de bajareque muy deplorable.
Otros vecinos como doña Rosa María Nahuat Cen, indica que al caer la tarde sus nietos saben que ya es hora de dormir. No hay corriente eléctrica y tener aparatos electrodomésticos está de más. No hay con que distraerse.
“Cuando entra la noche con vela y cerramos la puerta porque por aquí hay muchos vándalos, ya me robaron varias veces en mi casa, por aquí se guarden, ya varias veces pedimos luz dicen que no se puede porque está lejos”
Las calles son cancab o tierra roja. No gozan el privilegio de tener pavimentación, solo caminan entre piedras y la maleza.
Delante de estas viviendas hay un campo prácticamente abandonado llamado “Gilberto Farjat”. Don Juan Bautista Cohou May recuerda que fue construido hace más de 30 años y los niños de la colonia suelen jugar cascaritas en una parte que mandan a chapear las autoridades de vez en cuando.
“El equipo no recuerdo como se llamaba cuando comenzó, a diario habían juegos, ahora ya desapareció, casi no juegan”
NotiRASA.