Escuela primaria cliente frecuente de rateros

Los amantes de lo ajeno, parecen haberse “enamorado” de la escuela primaria Bernabé Argaez Milanés de la colonia Chuburná, ya que, en tan solo 2 meses, han irrumpido 3 veces en las instalaciones para llevarse, entre otras cosas: proyectores, computadoras, dinero, documentos oficiales de la Secretaría de Educación, así como el alimento que le dan a los pequeños de primer y segundo grado, es decir, cajas de leche y cereal.

El último atraco se registro el pasado lunes por la noche, ya que, el martes a temprana hora, cuando los intendentes llegaron para abrir la escuela, descubrieron, para su sorpresa, que las puertas de dos salones habían sido forzadas y la puerta de una bodega estaba derribada.

Ante los hechos, decidieron esperar afuera a los maestros para “no contaminar la escena”.

Una vez que los docentes llegaron, se percataron del faltante ya que revisaron las instalaciones, y se dieron cuenta que los lockers habían sido forzados y de ellos tomaron dinero, así como las cajas de leche y cereal de los pequeños.

La maestra de quinto año y suplente de la directora, Elsy Dorantes aseguró que tan solo hace 2 semanas, también fueron víctimas de otro robo, en esa ocasión se llevaron proyectores y computadoras, pero no solo ellos fueron afectados, ya que el Kinder, “Miguel Hidalgo y Costilla” que se encuentra cruzando la calle, también había sido saqueado.

Por si esto fuera poco, relató la consternada maestra, 2 meses atrás, alguien se había llevado la bomba de agua de la escuela.

“Nos hemos topado de todo, condones en el fondo del patio hasta embaces de cerveza y de licor y pues nosotros tenemos que reponer los que se llevan pero el asunto no solo es la cuestión material, sino involucra el respeto hacia lo que no es tuyo y si estas personas no respetan lo que les sirve a sus hijos, a sus parientes y son de la comunidad, qué más podemos esperar”

Aseguró que ya han interpuesto la denuncia correspondiente, pero a pesar de ello, nadie ha acudido a la escuela para hacer un “peritaje”, por lo que han tenido que unir a los alumnos de los salones afectados a otros, porque los maestros no quieren mover nada para que las autoridades puedan realizar su trabajo y luego no les digan que no se puede hacer nada porque la escena del robo fue alterada o manoseada.